
El jardín infantil Caperucita Roja es el más antiguo de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) en Magallanes y la semana pasada celebró 32 años de existencia.
Su larga trayectoria fue una excusa incuestionable para organizar diversas actividades que estuvieron marcadas por el sentido pedagógico que promueve la entidad educativa: “aprender haciendo”.
“En 2003 modificamos la malla curricular y elaboramos una que la llamamos Malla Constructivista, porque quisimos que nuestros niños aprendieran a través de la experiencia”, explicó la directora del jardín infantil, María Patricia Segura.
Es por esto que los festejos también giraron en torno a este lema, para cada día se destinaron actividades artísticas, de lectura, salud, e incluso, para aportar a las familias se realizó una presentación respecto a la Violencia Intrafamiliar (VIF).
“Nosotros estamos insertos dentro de la comunidad y cada cosa que hacemos pretendemos que sea un aporte no sólo para los párvulos, sino que para las familias completas”, agregó.
Uno de los motivos que marcó la diferencia entre esta celebración y otras anteriores, es que pudo asistir al jardín infantil la especialista en fomento lector, Rosario Chavol, quien participó de una jornada leyendo cuentos a los párvulos y mostrándoles libros con texturas, colores, relieves, entre otras peculiaridades, lo que atrajo la atención de los menores, mostrándose encantados con la instancia.
“Siempre hemos querido estar en contacto con la comunidad, por eso agradecemos que personas con conocimiento y preparación en diferentes áreas vengan y le aporten a los niños”, reconoció la educadora de párvulos que lleva trabajando en dicha instalación hace 30 años.
Otra de las actividades que acaparó más la entretención de los menores fue el día del Arte, donde pudieron pintar con diferentes elementos, lo que finalmente para ellos, fue jugar.
El artista Eduardo Cartes Palacios también comparte con los niños a través de instancias recreativas que unen la pintura y la entretención.
“Para nosotros es un orgullo y nos motiva a seguir trabajando en este sentido”, enfatizó Segura.
Todas estas visitas se complementan con paseos, donde los párvulos aprenden directamente a través de sus vivencias.
“Las salidas a terreno y la experiencia en cada instancia que organizamos para su aprendizaje es lo que nosotros más promovemos. Queremos formar niños de verdad, conscientes de su alrededor”, enfatizó la directora.
Toda la comunidad educativa se unió para festejar los 32 años del establecimiento, que nació como una asistencia para las madres que necesitaban salir a trabajar, pero que se ha convertido en una oportunidad integral de educación.