“Lo único que le pido es que no se me acerque más, ni tampoco al domicilio de mi madre”,  le rogó al juez (en la fotografía) una asustada hija que estuvo a punto de ser ahorcada por su padre, en un acto irracional que pudo transformar este caso de violencia intrafamiliar en un parricidio.
El progenitor (de quien no entregamos la identidad para no perjudicar a la víctima), fue llevado ayer al Juzgado de Garantía después de ser detenido en calle Covadonga, en el Barrio Prat, por el acto de violencia intrafamiliar que protagonizó. El fiscal Eugenio Campos presentó un requerimiento en procedimiento simplificado verbal en contra del imputado, porque el miércoles, alrededor de las 17 horas, concurrió a la casa de su hija con quien discutió violentamente hasta agredirla con golpes de puño en el rostro. Luego la arrojó violentamente a un sillón, la tomó del cuello y la comenzó a asfixiar, mientras la amenazaba de muerte si llamaba a Carabineros.
La mujer reaccionó rasguñando el rostro de su padre para evitar que la matara. Aprovechó esto para huir a casa de vecinos y pedir que le ayudaran llamando a Carabineros.
El hombre no admitió responsabilidad en las lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar y optó por ir a juicio. Mientras tanto, el juez le prohibió acercarse al domicilio de la víctima.