
Más allá de las diferentes razones que pueden explicar este fenómeno, cabe preguntarse ¿qué tenemos que hacer para romper este círculo vicioso? ¿cómo derrotamos al desempleo y la pobreza? Hay una íntima relación entre desempleo, precariedad laboral y pobreza de manera que debemos buscar las causas y aplicar las soluciones que nos lleven a salir de esta suerte de maleficio.
Dicho de otras maneras, si aumenta el empleo, con trabajos dignos y bien remunerados, sin duda se logrará combatir en forma eficaz a la pobreza y sus graves consecuencias sociales. Esto no es nada nuevo, no obstante aunque es de todos conocidos, como hemos visto a lo largo del tiempo, particularmente en nuestra región, aún tenemos cifras de desocupación que son alarmantes. Por tanto hay que crear empleo, de calidad y cantidad suficiente y ello se logra con crecimiento económico y con mejoras en la productividad. Ello supone la creación de proyectos públicos y privados, que den origen a inversiones que permitan lograr un ritmo de desarrollo alto y prolongado.
Un crecimiento económico discreto, no cambiará la situación por más que sea sostenido en el tiempo. Nuevamente hay que insistir en ideas innovadoras, tanto en políticas de gobierno como en el sector privado, para crear un ambiente propicio para nuevos proyectos e inversiones. Posiblemente incentivos tributarios para regiones que muestran persistencia en altas cifras de desempleo, puede ser una ayuda para la generación de nuevas actividades. No hay una receta ni una medida mágica y única, sino seguramente la concurrencia de muchas de ellas puede ser capaz de desencadenar el proceso que nos permita por la vía del crecimiento, derrotar al desempleo, derrotar a la pobreza y mejorar nuestros términos de equidad. Si queremos alcanzar el desarrollo tenemos que pensar seriamente en estos problemas.