
En el aeropuerto José Martí, el jueves 22 a las 22.00 horas, su esposa, la enfermera Yamilka Morejón, estaba tan nerviosa que ni siquiera podía recordar con cuántos presos políticos abandonaba Cuba. Su marido, José Ubaldo Izquierdo, pese a su edema pulmonar, deshidratación y osteoporosis lucía radiante de alegría, casi tanto como luce hoy al hablar con El Pingüino. Ese día dejaba atrás la amargura de su sentencia de 16 años de cárcel, con ocho familiares y una pequeña maleta que contenía un libro escrito a mano desde su celda, con el testimonio de su encierro.
“Vamos a ir a un país que es muy lindo, cualquiera estaría contento”, dice ahora Yamilka, de 32 años, desde Madrid. Ella ha sido un eje crucial en su vida y en su liberación. Cuenta que el 18 de octubre de 2003, “pepito” salió como todos los días a correr a las 17 horas por los alrededores del edificio, en la parte este de La Habana. “En calle A la Mar, un grupo de 9 agentes de la seguridad del estado le dijeron tienes que acompañarnos a tu casa. Cuando yo abrí la puerta él me dijo tenemos visitantes, yo pensé que eran visitantes y de pronto miré que junto a ellos venían los del Comité de Defensa de la Revolución con cámaras de TV. Me dijeron que harían un registro minucioso porque estaban buscando cosas subversivas. El registro empezó a las 17 p.m. y terminó a la 1 de la mañana”, señala Yamilka, que no pudo darle ni comida a sus hijos. “Él se fue gritando ‘vivan los derechos humanos’ y la gente salió a ver. Mis hijos desde abajo del edificio, asustados, miraban ese amargo episodio. Estamos muy emocionados de ir a Chile. Pensamos llegar a Chile a trabajar es lo primero que haremos”, recuerda hoy ella.
Conocer Magallanes
José Ubaldo Izquierdo conoce Punta Arenas y Chiloé por cartas y libros, pero ahora quisiera tener la oportunidad de conocerlos en persona. Es amante de la poesía chilena y aunque dice que no ha leído a Francisco Coloane ni a Alfonso Alcalde, aclara que sí a los grandes de la poesía como Neruda, Mistral y Gonzalo Rojas. “Lamento no conocer de la obra de Alfonso Alcalde, Rolando Cárdenas, Ramón Díaz, Roque Esteban Scarpa y Francisco Coloane. Desearía poder leer sus obras, será ya entonces cuando me encuentre en tu terruño”, cuenta Izquierdo a horas de su vuelo que lo trae a Chile .
Esta semana Francisco Fuenzalida, el ministro consejero de la Embajada de Chile en Madrid, les llevó a la pareja un presente especial: un libro de fotografías con paisajes de Chile. De inmediato Izquierdo buscó dos lugares, Torres del Paine y “Chilóe”, con acento en la ó.
Según cuenta “Pepito Ubaldo”, como le decía su madre ciega, que tuvo que quedarse en la isla, desde la ciudad de Castro, cuyo nombre es una pesada carga para sus oídos, recibió cartas y postales de agrupaciones de derechos humanos y chilotes, que solidarizaron con él en prisión. “De ellas recuerdo sólo las postales y los mensajes de apoyo de mujeres de la isla, no pude retener sus nombres porque en la cárcel me fueron decomisadas por considerarse literatura prohibida”, relata.