Abocado en proyectos familiares de turismo aventura en Puerto Navarino y en Última Esperanza, que reconoce debió abandonar debido a las últimas campañas políticas, el ex candidato a diputado por el partido Unión Demócrata Independiente (UDI) Arturo Storaker analizó los primeros seis meses de gobierno,... donde reconoció que una de las debilidades de la actual administración regional, ha sido conjugar lo técnico con lo político.
El próximo mes se van a cumplir seis meses desde que asumió el gobierno.
¿Cómo ha visto su desempeño a nivel regional?
“Lo primero y no sólo en Magallanes, sino que el problema nacional, es la instauración. No ha sido rápido llenar los cargos de confianza, no por ineficiencia, sino porque hubo excesivo amarre de la Concertación, por lo cual todavía no se llenan cargos vitales como: Sense, Fosis, Sercotec y una serie de cargos que, creo deben ser más de 20, deberían completarse a la brevedad. La segunda dificultad que hay, son las prioridades que designan los partidos para los cargos. Algunos hablan de cuoteo, pero creo que más que eso, es el interés de cierto cargo en específico para el desarrollo del partido, por ejemplo para la UDI es mucho más relevante un cargo social”.
¿Cree que el hecho de que la intendenta Liliana Kusanovic venga del mundo privado ha complicado ese tipo de acuerdo para las designaciones?
“Generalmente, cuando las personas no vienen del ámbito político, lo primero es encontrar el punto de encuentro con ellos con los partidos. Muchos piensan que son co-gobierno, pero los partidos políticos jamás en su accionar han sido algo así. Sino que no hay que olvidar que las mayorías de las decisiones tienen un trasfondo político, y que de alguna manera necesitan análisis conjunto entre los partidos y las autoridades que están designadas por la coalición”.
¿Eso ha ocurrido?
“Ha sido lento, porque se cree mucho el cuento del menos precio a los políticos. Pero después se dan cuenta de que muchas de las acciones tienen que tener una consulta política, porque o si no toda la buena intención se pierde por una acción mal concebida respecto de donde se debe llegar políticamente. Entonces es complicado para el que viene del mundo privado entender que el gobierno no es una empresa, sino que es una empresa política. Esa parte le ha costado entender, porque pueden hacerlo perfecto, pero si no llega a la gente todo se perdió. La gente siempre está esperando más de lo que se está dando, y si no se logra alcanzar la expectativa con el logro, habrá problemas de popularidad”.
¿Pero usted considera que el Gobierno Regional ha sido puertas adentro?
“La gente cree que hacer las cosas y no cacarear tanto, de repente es bueno, pero la verdad es que eso siempre es malo. Tiene que haber un justo equilibrio entre la realización y lo que se está diciendo. Si uno hace cosas para callado, no trasciende. Por ejemplo con la visita de (del Presidente Sebastián) Piñera se destacó que quedó fuera el alcalde y se perdió la oportunidad de subrayar los anuncios y los avances para Puerto Natales, específicamente”.
Entonces el gobierno tiene un problema comunicacional…
“No cabe duda que hay un problema comunicacional. Pero lo que más ha estado influyendo, más allá que una simple realización de cosas, es para donde vamos caminando. Se debería decir claramente cuál es el destino. O sea, se deberían dar a conocer dos o tres cosas, ellos hablan de los cuatro pilares, pero lo importante es lo que está quedando en la gente, eso es algo que no está siendo digerible, quizás sí técnicamente, pero en las personas no”.
Sobre todo considerando que Magallanes necesita de excepciones que la potencien y que la gente las conozca...
“Se ve que se está comportando como el resto del país, y esta zona siempre se ha pensado que la única manera que progrese, es con normas especiales; no existe otra posibilidad. El problema es que hay buenos proyectos, como el carbón o el salmón, pero no se ha traducido en cómo va a afectar en el desarrollo del capital humano”.
¿Le gustaría ser intendente de Magallanes?
“Nunca estuvo en mis planes ser gobernador, intendente ni seremi. Muy joven fui seremi y lo encuentro limitado, porque depende de muchos accionar. Siempre me fui al lado del desarrollo técnico, y lo que me gustaba eran las empresas portuarias. Además creo que la elección de (la intendenta) Liliana (Kusanovic) fue buena, porque dejó contentos a todos los lados. Ahora lo que ha costado es que logre compenetrarse en el mundo técnico y político, porque su debilidad evidente es el mundo político”.
¿Qué le pareció el nombramiento del seremi de Gobierno José Miguel Cruz y del ahora ex consejero regional José Barría en el directorio de la Empresa Portuaria Austral (EPA)?
“Sé que José Barría puede ser un gran aporte, porque conoce el tema. Creo que en el caso de Cruz, también va a contribuir a que se revincule la ciudad con los puestos. La gran debilidad de las ciudades es que ven el problema cuando ya ocurrió, como ahora con la disminución de cruceros, esa parte es la que hay que cambiar, y la única forma es que participen todos los que están relacionados”.
¿Cómo se puede acelerar la adaptación del gobierno?
“Haciendo un plan aterrizado, con fechas definidas. Los grandes fracasos son cuando no hay fecha de inicio ni de término, cuando están en el aire. El Presidente Piñera dejó una gran meta, y  tiene que haber un gran equipo detrás de ello, porque una persona sola no llega nada, por lo que tienen que permitir que se conformen los equipos. La gente pidió un cambio, quieren ver nuevas cosas, pero eso ha sido sumamente lento, porque los grandes cambios están en los honorarios y en los a contrata”.