
Todas las miradas se han volcado a Chile para ver qué es lo que pasa con los 33 trabajadores que permanecen atrapados en las entrañas de la Mina San José, en la Región de Atacama, desde hace un mes. Los trabajos se han intensificado en torno a las labores de rescate, de hecho el viernes pasado comenzó a operar la máquina Strata 950, la que se encuentra perforando con la misión de rescatarlos de aquí a fines de noviembre.
A ésta se le ha sumado T-130, una perforadora de aire reverso que permite excavar un hoyo de unos 75 centímetros de diámetro y que avanza alrededor de 20 metros diarios, tiene un alcance de 700 metros de profundidad y que ya comenzó a ser instalada en lo que se ha denominado Plan B. En tanto que el encargado de las labores de rescate, Andrés Sougarret, confirmó la existencia de un Plan C para rescatar a los trabajadores.
El Plan C
Éste consistiría en utilizar la experiencia de un grupo de ingenieros de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), para hacer un forado con una máquina de exploración petrolera en base a triconos y que podría adelantar en un par de semanas el rescate.
Los profesionales y técnicos que están colaborando en base a los requerimientos formulados por el ministro de Minería, Laurence Golborne, y por el gerente general de ENAP, Rodrigo Azócar, son: Jorge Acuña, Ljubomir Tomasevic y de Magallanes Luis Donoso, Francisco Díaz, Sergio López, Jorge Quijada, Ricardo Martinic, Carlos Torres y Darwin Dodman.
El ex perforador de la Empresa Nacional del Petróleo Luis Vidal explicó que esta máquina en base a triconos (es un cabezal de trépano, herramienta de corte que permite perforar, que trabaja con rodamientos y que generalmente se lubrica con lodo de perforación para realizar la limpieza de lo que va cortando) tiene la virtud de poder trabajar con diámetros mayores, los que van entre 17 y media y 20 pulgadas. “Otra diferencia es que la perforación con esta tecnología alcanza inmediatamente el diámetro definitivo, a diferencia de las otras maquinarias que primero hacen un hoyo que llega al fondo, y luego se debe repasar esa obra para alcanzar los tamaños deseados”, puntualizó.
Asimismo, indicó que los riesgos más grandes que se pueden correr en torno a la perforación de un pozo con diámetro tan grande es que no exista una limpieza suficiente del material que está cortando el trepano tricono, quedando presa la herramienta o una falla geológica dentro de la roca, por lo que hay que tener especial cuidado de que el peso que se le va a ir cargando al tricono sea el adecuado. En tanto que el fluido tiene que tener el suficiente peso hidrostático y viscosidad para poder levantar todo este material que como se trata de roca es un poco pesado. “Si llega a haber una fractura dentro de un pozo de diámetro grande como éste donde los metros cúbicos de fluido son enormes, este líquido puede perderse e irse hacia abajo, inundando el refugio donde están los mineros, pero si no hay pérdida ni fractura dentro del pozo que se está haciendo no debería haber peligro, o por lo menos no hasta cuando se llegue al lugar donde están ellos, ya que estos miles de litros de lodo se van a vaciar. Sin embargo, dentro de la ingeniería puede existir también que ese barro antes de llegar al fondo antes de abrir el boquete se pueda recuperar y dejar lo mínimo a bajo de modo que no sea tanto. Se puede extraer ese lodo succionarlo hacia afuera y dejarlo casi vacío”, señaló.