Con una medida de protección ingresó ayer a la cárcel de Punta Arenas a cumplir una condena pendiente de dos meses de presidio por un robo frustrado a un vehículo, José Padilla Gamín. Esta persona es testigo del homicidio de César Alvarado Almonacid, ultimado con un cuchillo en las afueras del “Rilan”, en abril de este año.
Ayer, Padilla llegó al tribunal porque agredió a una persona luego de intentar robarle. La víctima, un cuartelero de Bomberos, pasó a buscar unas cosas a su casa y dejó el vehículo estacionado en la calle, sin seguros, porque pensaba retomar la marcha enseguida.
Estando en el living de su casa vio por la ventana cuando un sujeto joven estaba dentro de su vehículo buscando algo para robar. Salió a encararlo y lo tomó por la espalda pero el antisocial reaccionó en forma violenta, “enterrándome en la cara un pequeño trozo de madera puntiagudo que me provocó gran sangramiento”. Luego logró quitarle el palo y el sujeto huyó, pero fue detenido rápidamente por la PDI gracias a que la víctima siguió al delincuente y los movimientos los informó a la policía.
Ayer el fiscal jefe, Felipe Aguirre, lo formalizó por el delito de lesiones leves. Pero no recuperó la libertad debido a que registraba una condena pendiente.
Piden resguardo
Pero el abogado defensor, Cristián Opazo, solicitó al juez de turno, Jaime Álvarez, una medida de protección para su cliente. Esta se basa “en atención a que el señor Padilla Gamín es actualmente testigo protegido de la fiscalía, en una causa muy conocida, como es el homicidio que ocurrió a las afueras del restaurante “Rilan”, y proporcionó información vital para la detención de la persona involucrada en este ilícito y quien actualmente está cumpliendo prisión preventiva.
Y como Padilla tenía una condena pendiente, que obligaba a enviarlo a prisión, es que surgió esta solicitud para resguardar su integridad física”. El abogado dijo que “es de temer que el señor Padilla pueda sufrir alguna agresión”.
Homicidio
La noche del 17 de abril César Alvarado Almonacid fue apuñalado en las afueras del “Rilan” por una persona que pasó a su lado y con quien habría tenido un intercambio de palabras. Dos semanas después fue detenido por la Brigada de Homicidios de la PDI, siendo identificado como Cristián Muñoz Gómez, alias “El Chispita”. La policía habría llegado a él gracias a importante información recogida durante los empadronamientos, pero también por la declaración que habría entregado José Padilla Gamín, y que ahora significó pedir una medida de protección especial en su favor, porque temen que lo puedan agredir y no pueda declarar en el juicio oral donde la fiscalía lo presentará como principal testigo.