Atilio Cremaschi: el pequeño gigante del fútbol chileno

General
17/05/2013 a las 07:25
Desde el fin del mundo llegó a Santiago para hacer historia. Fue ídolo, genio, figura y dejó un legado imborrable. Hoy, a poco más de cinco años de su partida, sigue siendo recordado como uno de los grandes del balonpié nacional. Un pequeño gigante que hizo historia. Así es recordado el puntarenense Atilio Cremaschi Oyarzún, en Colo Colo, Unión Española, Rangers de Talca y en quienes aún guardan en sus memorias las grandes actuaciones del “chico” Cremaschi en la Selección Nacional.
Hizo furor en su época. Era un jugador diferente, pero también eran otros tiempos, con menos flashes y luces. Sin embargo, siempre fue muy popular, tanto así que, incluso, recibió curiosos homenajes, como el que le hizo el dibujante de historietas Guido Vallejos, quien no dudó en que el número 8 de Barrabases llevara el nombre de “Chico” en honor al jugador magallánico, caricatura que terminó por ser una de las preferidas por los niños de aquel entonces.

Sus inicios
Desde muy niño se interesó por el deporte, no sólo el fútbol era uno de sus pasatiempos, también el boxeo. Finalmente la pasión de multitudes fue la que guió sus pasos.
Comenzó a jugar desde pequeño en el desaparecido Audax Italiano de Punta Arenas, posteriormente tras su paso por un colegio hispano, los profesores del establecimiento lo recomendaron en Unión Española, donde comenzó a forjar su carrera futbolística.
En los de Santa Laura, Cremaschi se transformó en un símbolo. Debutó en 1941 y permaneció allí hasta 1952, logrando el título de 1943 con el técnico Atanasio Pardo. Posteriormente fue campeón en 1951 con el español Isidoro Lángara en la banca, subcampeón en 1950 y 1952, más la constante nominación a la Selección Chilena.
En el combinado nacional, debutó el 31 de enero de 1945 en la victoria frente a Colombia por 2 a 0 en Santiago, dentro de un Campeonato Sudamericano Extraordinario. Jugó por la “Roja” hasta el año 1954, disputando 31 partidos internacionales. Marcó un total de 10 goles.

Las características del crack
El apodado “Chico” se hacía grande dentro del campo de juego. Quienes lo vieron jugar destacan su carácter, valentía y sus ganas de mostrar lo que era capaz de hacer con el balón en los pies, siendo denominado por muchos un “acorazado de bolsillo”.
En su puesto de interior derecho, (mediocampista) con el número “8” en la espalda, era un peligro constante para los rivales, además contaba con un potente disparo, como lo pudo comprobar en dos ocasiones Frank Borghi, arquero de la selección de Estados Unidos para el Mundial de Brasil de 1950, donde Cremaschi fue titular en los tres partidos que Chile disputó en ese certamen.

El gran paso por colo colo
Para muchos ya había demostrado todo lo que tenía, había tocado techo, sin embargo, en 1953 llegó a Colo-Colo. Pronto se convirtió en ídolo de uno de los equipos más recordados por los hinchas albos.
En el año de su ingreso, con Francisco Platko como entrenador, obtuvo su primer campeonato con los de Macul. Luego fue subcampeón en 1954 y 1955, en 1956 repitió el logro con el uruguayo Enrique Fernández en la dirección técnica. Allí, el aporte de Cremaschi fue vital en los partidos más difíciles. Cuando muchos comentaban que le quedaba muy poco tiempo en el fútbol, despachó goles vitales para alcanzar la estrella número 7 de Colo Colo, mostrando su vigencia.

Su última etapa
En 1958 jugó su última temporada con los albos, pasando al año siguiente a Rangers de Talca, donde jugó hasta 1960. Pese a su edad, también fue figura, dándose la nota curiosa en su último año, ya que por algunos partidos compartió delantera con otro gran jugador cercano al final de su carrera: el argentino Ángel Labruna (padre de Omar, ex ténico de Colo Colo).
Tras su retiro se instaló en Santiago, para descansar después de una exitosa carrera. Hoy, Atilio Cremaschi ya no está junto a nosotros, dejó de existir el año 2007 a la edad de 83 años. En su natal Punta Arenas una cancha lleva su nombre (la de la Liga Popular), pero más allá de aquello, los verdaderos fanáticos del fútbol siempre agradecerán su legado. Es cosa que revisemos una de las ediciones de la revista Barrabases y veamos al pequeño gigante vistiendo la Nº8.

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