Jason Padgett era un individuo cualquiera que pasaba una noche de fiesta con sus amigos en un bar karaoke. Era 2002 y dos hombres atacaron violentamente a este joven, dejándolo con una severa contusión y con estrés postraumático.
Un incidente que lo dejó marcado para siempre, pero que a la vez gatilló algo nuevo dentro de su cerebro. De la noche a la mañana, Padgett se convirtió en un genio matemático capaz de ver el mundo a través de la geometría.
Padgett, vendedor de muebles de Tacoma, Washington, desarrolló la habilidad para visualizar complejos objetivos matemáticos y conceptos de la física intuitivamente, con su lesión, que si bien tuvo fuertes consecuencias para él, logró desbloquear aquella parte del cerebro que hace que el mundo tenga una estructura matemática.
“Veo formas y ángulos en todas partes en las vida real”, señaló a LiveScience. Desde la geometría de un arcoiris hasta los fractales del agua cayendo por el drenaje. “Es realmente bello”, relata Padgett.
Para contar sus experiencias como genio matemático, el joven publicó “Struck by Genius”, libro en donde relata el “síndrome savant”, el nombre de la condición que tras el golpe lo dejó con estas habilidades.
En la historia existen personas que han desarrollado otras habilidades, tales como talento musical o artístico, pero son pocos los individuos que han obtenido aptitudes matemáticas como Padgett.
Según explica el sitio LiveScience, antes del incidente Padgett se describía como un hombre “deportista y amante de las fiestas” y no tenía conocimientos avanzados más allá de pre álgebra. “Hacía trampa en todo, y nunca abrí un libro”, comentó.
Todo cambió cuando fue atacado. Padgett recuerda salir del local y ser golpeado. En ese momento, vio un gran brillo blanco de luz. Dos personas comenzaron a agredirlo, pateándolo en la cabeza mientras intentaba pelear de vuelta. Luego del ataque, el doctor lo diagnosticó con una grave contusión y un riñón con hemorragia, administrándole medicamentos para el dolor y dándolo de alta.
Tras esto, Padgett relata que sufrió de ansiedad social y síndrome post traumático. Al mismo tiempo, notó que veía distinto. “(Veía) marcos discretos con una línea conectándolos, pero todo en tiempo real”. Además de esto, veía las cosas ligeramente pixeladas.
Con esta habilidad, Padgett comenzó a unir los triángulos que veía, lo que lo ayudó a entender “el concepto de pi y el radio de un círculo a su circunferencia”.
De acuerdo a su relato, no le gusta el concepto del infinito ya que ve todas las figuras como una construcción infinita con unidades más y más pequeñas adentro de cada figura.
Aunque Padgett era capaz de ver dibujar todas estas complejas figuras matemáticas, no tenía el conocimiento para saber cómo se llamaban o lo que representaban en teoría. Un día, un físico se fijó en sus dibujos mientras se encontraba en un mal y sorprendiéndolo con sus habilidades, le sugirió que comenzara a tener una educación formal en matemáticas.
Actualmente Padgett se encuentra en su segundo año de universidad y aspira ser un experto en teoría de números.
Para poder obtener mayor información acerca de esta extraña habilidad matemática, científicos de la Universidad de Miami decidieron realizar un escáner al cerebro de Padgett para ver cómo funcionaban las distintas áreas.
“Adquirir síndrome de savant es bastante inusual”, señaló uno de los científicos, indicando que hasta el momento solo existen entre 15 y 25 estudios médicos que describen esta condición.
Según los exámenes, en el cerebro de Padgett existe una actividad significativa en el hemisferio izquierdo, en donde se ha demostrado que residen las habilidades matemáticas. En la resonancia el cerebro se iluminó en la corteza parietal izquierda, área detrás de la corona de la cabeza que se sabe integra la información de distintos sentidos. Existe también activación de partes del lóbulo temporal, involucrado con la memoria visual y el procesamiento sensorial y de las emociones, y del lóbulo frontal.
Estas habilidades sin embargo, pueden existir comprometiendo otras habilidades. En el caso de Padgett, desarrolló un severo caso de estrés postraumático y trastorno obsesivo compulsivo. A pesar de esto, le agradan demasiado sus nuevas habilidades y no las cambiaría si pudiera. “Es muy bueno, no puedo ni siquiera describirlo”, señaló.