Pasaron cuarenta años del día que llegó de Santiago a la región, y para conmemorar esta fecha se encuentra en plenos preparativos para llevar a cabo dos muestras que den cuenta de su larga trayectoria en Magallanes.
Llegó a Punta Arenas en diciembre del `74, y por ello en el Teatro Municipal José Bohr realizará en octubre una exposición de sillas y en el Museo Regional hará una muestra de pinturas de mediano y gran formato.
La idea para el teatro municipal es hacer una muestra que constará de más de doce sillas intervenidas.
“Empecé a pintar sillas en el año 1999. Luego de trabajar en el Teatro Palace, quedé a la deriva; estuve trabajando como mayordomo pero no me sentí a gusto, no es mi pega andar vigilando a otros, por lo que me dediqué a pintar lo que yo quería. Me regalaron un silla de un quilombo, que aún la tengo, y la pinté porque si la barnizaba se le iban a notar todas las quemaduras de cigarrillos. Así empecé a rescatar sillas, tengo sillas de los circos que venían a Punta Arenas, también de colegios, que las van tirando o las regalan a juntas de vecinos”.
Al preguntarle de dónde surge su interés por las sillas, responde que las considera un objeto muy noble, “después de la cama de uno, viene la silla, a veces las sillas ganan con uno porque traemos buenas vibras y a veces traemos malas vibras y la silla pierde, ellas van amontonando todas esas vivencias, y eso es lo que yo quiero transmitir”.
“Quería recatar las cosas que ellas nos dan; según algunos, ya cumplieron su ciclo, al igual que el hombre, como cuando es viejito y se cree que ya no sirve, pero sigue pensando” sostiene un Cartes reflexivo.
En cuanto a la muestra del Museo Regional de Magallanes, señala que estará compuesta por pinturas tradicionales, “porque voy a seguir pintando hasta que me muera. No soy de aquellos que pintan un cuadro y después descansan un mes, yo no paro nunca, para mí la pintura es un experimento, estoy siempre buscando técnicas, buscando movimientos”.
Reflexiones
Eduardo Cartes cuenta que a veces es más figurativo y otras lo es menos, “de todos modos no me atrae mucho lo figurativo, porque el espectador tiene mayor libertad al interpretar imágenes abstractas”.
Como rasgo interesante de su composición sostiene que no tiene patrones al momento de pintar, que lo hace a su manera, quedando él conforme con su producción y pudiendo la gente interpretar las obras libremente.
“No me preocupo al momento de pintar que tanga que ser de una manera determinada para que la gente lo entienda. Nadie entiende a nadie, porque uno tiene su propio mundo dentro de su cabeza: uno piensa con la cabeza, siente con el corazón y el alma también tiene parte en el proceso creativo”.
Estilo
“Siempre me han preguntado cuál es mi estilo”, señala Cartes, “según escribió una vez Mateo Martinic Beros, premio Nacional de Historia, la pintura mía es `inclasificable´. Se podría decir que estoy pintando puntillismo, abstracto o cubismo, pero es la gente la que lo tiene que ver. Yo pinto sensaciones, soy coleccionista de imágenes y todo eso me va quedando en la cabeza y luego lo plasmo”.
En cuanto a las cosas que lo inspiran, el artista sostiene que es la misma naturaleza la que lo lleva a pintar, “tengo flores y plantas. Cuando estuve en Lapataia (Ushuaia), me volví loco sacando fotos a las alfombras de musgo que se forman, de frutillas, uno no inventa nada, uno sólo va descubriendo. Sostiene que los colores y texturas, así como las formas y los movimientos que plasma en sus obras también provienen de la naturaleza.
Balance
Eduardo Cartes lleva 51 años dedicándose a la pintura, de los cuales los últimos 40 años lo hizo en la región.
“Cuando llegué a Punta Arenas comencé a trabajar en una agencia de publicidad, así empecé a conocer el rubro, hasta ese momento era cartelista, después me dediqué a pintar artesanías, que en esa época no las había hechas por manos magallánicas, sino que eran traídos de afuera. Empecé a pintar sobre platos de cobre a Hernando de Magallanes, el Fuerte Bulnes, las Torres del Paine o el Monumento al Ovejero”.
Mirando al pasado y reflexionando sobre lo que tantos años de amor por la pintura le han dejado, señala: “No tengo plata pero me siento realizado como pintor, aunque uno siempre va descubriendo otras cosas, pero puedo decir que he sido feliz con lo que hago. La respuesta de la gente es muy buena frente a mi obra, y cuando me siento bajoneado me pongo a leer todo lo lindo que la gente me escribe”.