Máxima utilizada por una antigua institución aseguradora y que con el correr de los años, se hace más realidad que nunca.
Y no sé por qué extraña razón, al enunciarla la asocio con el lento desplazar de la tortuga, que sin embargo, cumple su objetivo y propósito para el que fue creada.
En ocasiones, desearíamos que las cosas funcionen a un ritmo más vertiginoso que lo normal. Claro está, que se corre el riesgo que no siempre el resultado sea el óptimo o el esperado. Por ello es que se pide que los proyectos y la toma de decisiones, tomen su espacio y tiempo requerido a objeto lograr el éxito esperado en la empresa emprendida.
Sin embargo, al visualizar lo que nuestra región requiere en diversos ámbitos de su acontecer, aún nos encontramos que han pasado muchísimos años y todavía existen comunidades a las cuales la ayuda y el apoyo por parte gubernamental no se ha hecho presente o al menos, ha sido excesivamente lento.
En días pasados me comentaba alguien la situación en que están nuestros vecinos de Puerto Edén. Comunidad conformada por un grupo originario y que poco a poco ha debido ir emigrando hacía la capital regional y en algunos casos, hacía el norte del país, en la búsqueda incesante de mejores expectativas.
En las últimas semanas se ha hecho permanente el ánimo y deseo de elevar a una categoría de mayor importancia al lugar, dándole la categoría de comuna.
No tendría porque resultar ilusa o desproporcionada la idea., toda vez que es un lugar con muchas dificultades de conectividad y que traban su desarrollo en los diversos ámbitos de su vida social, económica, cultural y deportiva, por mencionar algunas de tantas áreas que no ven o perciben un desarrollo sustentable en el tiempo y que de todas formas, requiere imprimir un mayor aceleramiento a las acciones.
Al menos sus autoridades, entre ellas el alcalde de Natales, Fernando Paredes, pareciera dispuesto a recoger el guante y acercar a ésta comunidad a lo que significa el adelanto y el progreso que cada habitante de nuestra región tiene en justicia aspirar.
Creo que el alcalde no ha de descansar hasta lograr concretar este bonito y ambicioso proyecto que otorgará una mejor calidad de vida a un puñado de pobladores que en justicia lo merecen.
Tareas hay muchas y que deben ir tomando forma en el más breve plazo a objeto que realmente resulte ser una comuna digna y pujante.
En el comentario que me hacían, está el de un pequeño, cuya gran y soñada meta es, poder contar con una canchita de fútbol para poder dar rienda suelta a sus sueños junto a sus amigos. A falta de un espacio adecuado, hoy deben hacer rodar el balón en un muelle destinado al aparcamiento de vehículos. Ese es un caso., qué decir de aquellos que anhelan una reparación profunda y definitiva de sus pasarelas, sus veredas por las cuales ellos se desplazan diariamente. O de aquellos que sienten que aquellas viviendas de autoconstrucción levantadas en algún momento de la historia, ya necesitan readecuarse.
Realmente cobra sentido el esfuerzo por legislar en favor de zonas extremas cuando se apunta en direcciones correctas y con prontitud, antes que las voces de los mismos vecinos les recuerden que existen y que poseen necesidades urgentes que atender. Además, que tales necesidades siempre han estado ahí. Tal vez sea el momento oportuno de prestar la atención e iniciar la recuperación de un sector que no ha tenido la atención definitiva y profunda. Quizás se ha ido excesivamente lento, al punto que ya no se está avanzando lo suficientemente rápido que requiere una comunidad que aspira ser realmente, un Edén.