El abogado, escritor y tarotista chileno Jaime Hales Dib
(69), destacado defensor en causas de derechos humanos durante la dictadura,
participó este fin de semana en la capital regional como expositor en un foro
organizado por la Academia Regional de Formación y Capacitación Política de la
Democracia Cristiana regional, instancia en la que planteó su posición respecto
de lo que los convocantes consideran “la recomposición de una sociedad
fragmentada ética y culturalmente”.
Jaime Hales es hijo del fallecido abogado y político
falangista Alejandro Hales Jamarne, quien fue ministro en los gobiernos de Carlos
Ibáñez del Campo, Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin Azócar.
De paso por Punta Arenas, conversó con Diario El Pingüino
sobre algunos aspectos éticos de la política nacional.
- ¿En qué encrucijada
está la política chilena actualmente?
“Lo que está viviendo Chile, desde hace muchos años, es el
agotamiento de un sistema económico, político y social, que se está manteniendo
a fuerza de voluntarismo, que está produciendo una dicotomía entre la sociedad
y el mundo político, autoconstituido en clase, que se están separando, mientras
muchos se esfuerzan por unirlos. Es decir, los que dirigen se están alejando
cada día más”.
- ¿Qué resultados
puede tener esta ruptura?
“Este conflicto puede llevarnos a una situación de ruptura
institucional, populismo, desorden generalizado o a una dictadura encubierta.
La crisis es mucho más profunda de lo que se cree. No es un problema del
gobierno de Bachelet o de algún otro, es algo sistémico, que tiene que ver con
que esto ya está agotado y hay que producir cambios profundos que le permitan a
la ciudadanía adquirir un poder real”.
- Los últimos
acontecimientos que ha presenciado el país, de candidatos y coaliciones que no
se ponen de acuerdo en cuestiones mínimas, parece ahondar aún más la brecha.
¿Cuál es su percepción?
“Creo que es culpa del chancho y del que le da el afrecho.
Quiero decir que es verdad que los dirigentes políticos están cometiendo error
tras error, permanentemente, metiendo a sus señoras y maridos en el problema,
pero también es verdad que hay una política orientada ideológicamente desde los
medios de comunicación en Chile para desprestigiar a determinados actores de la
política. Por ejemplo, un exabrupto del Frente Amplio, esta cuestión tan
ridícula que han hecho, ocupa más titulares que una ‘gaffe’ (desatino) de
Piñera. Aun así, están todos haciendo leseras y cometiendo muchos errores. Este
show de las encuestas no lo cree nadie, sabemos que el Frente Amplio es un 6 o
7 por ciento y es lo que van a obtener en definitiva, pero no más, y eso está
quedando en evidencia ahora, en que se están peleando por una pequeñita
diputación”.
- ¿Y en los otros
partidos?
“Los conflictos no son tan graves, yo diría que son más bien
a nivel personal, porque como la política se ha empequeñecido, ha perdido el
oxígeno, se ha encerrado en una cúpula, evidentemente provoca esto que estamos
viendo, en que cualquier pequeño incidente se convierte en algo de mucha
importancia”.
- Entonces, es
necesario recomponer la sociedad en términos éticos y culturales.
“Las sociedades se recomponen siempre en términos éticos y culturales, es un proceso permanente. Lo que pasa es que quienes dirigen la sociedad han perdido la perspectiva de lo que importa. Hoy día lo más grave no es cometer un acto de corrupción, sino que lo pillen. Ahora, si lo pillan, puede no pasar nada sino lo condena un tribunal. O sea, la ética importa lo que importa un delito y eso es muy grave. Ninguno de nosotros está libre de cometer faltas, pero el que comete faltas graves que atenten contra la ética pública, tiene que responder por eso y no puede estar ocupando puestos políticos”.