Una hermosa mañana en Punta Arenas acompañó a los 449 soldados conscriptos y 500 familiares, en la entrega simbólica de armas en la Cuarta Brigada Acorazada “Chorrillos”, a un día del Juramento a la Bandera.
A las diez de la mañana, los soldados estaban formados como lo habían practicado, mientras que en medio del viento y el suelo escarchado, sus familiares estaban observándolos, todos con las cámaras de sus celulares encendidas para guardar el momento.
Pasadas las 10.30 horas, los padres y familiares de los conscriptos pudieron estar con los jóvenes durante diez minutos. Cuando la voz de mando dio la orden, salieron todos a buscar a sus parientes para darles un beso y un abrazo después de varios meses.
Antes
de finalizar la actividad, el capellán del Ejército bendijo el
armamento y a los soldados que hoy jurarán ante Dios y la Bandera
entregar sus vidas si fuese necesario.
Familiares
Muchas de las personas que asistieron a la actividad, nunca habían tenido la oportunidad de conocer Punta Arenas, hasta ayer, que fueron a entregarles las armas a sus familiares. Es el caso de Antonio Chouquel, que pertenece a la comunidad mapuche. Chouquel junto a su esposa llegaron desde la comuna de Purén, en La Araucanía, para poder ver a su hijo menor después de tres largos meses.
“Vine a ver a mi hijo menor, Juan Carlos Chouquel, el único que ha hecho el servicio militar, me siento muy contento y muy orgulloso de mi hijo”, comentó Antonio Chouquel.
Lejanía
Varios de los soldados conscriptos no tuvieron la oportunidad de compartir con sus padres por la lejanía del lugar. Es así como Gabriela Vera, quien es de Punta Arenas, fue la representante de uno de los soldados conscriptos. “Lamentablemente los familiares de mi primo no pudieron venir por la lejanía, pero acá estoy yo como su representante. Él viajó desde Chiloé a hacer su servicio, y al verlo me sentí muy orgullosa y me dio mucha alegría estar aquí con él”.
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Encabezando
la actividad estuvo el comandante de la Cuarta Brigada Acorazada
“Chorrillos”, coronel Ricardo Duarte, quien se mostró muy contento de
poder compartir la ceremonia con los
más de 400 soldados. “Esta es una de las actividades más importantes
que tiene el Ejército. Los padres y familiares han viajado de muchas
regiones del país para entregar las armas a sus hijos.
El significado principal que tiene es marcar un hito durante la carrera del soldado conscripto, donde se les entrega el arma como símbolo de que han superado el período de instrucción básica, y ya se encuentran en condiciones de usarlas o emplearlas solamente en defensa de nuestro territorio nacional. Es un símbolo especial, ya que mañana (hoy) juran antes Dios y la Bandera rendir la vida si fuese necesario”.
Muchos de los soldados conscriptos tienen la intención de seguir con su carrera militar, es por eso que Duarte les aconsejó que “espero que sigan con el mismo ímpetu, con las mismas ganas de postular a las escuelas matrices de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas. Eso también es un logro de sus instructores, que se desvelan día y noche para estar con ellos y que dan los mejor para que sean mejores soldados”, manifestó el coronel.
Juramento a la bandera
Hoy, a las 11 de la mañana, en la Plaza de Armas de Punta Arenas, los 449 soldados conscriptos de la Cuarta Brigada Acorazada “Chorrillos”, jurarán ante Dios y la Bandera Nacional.
@JesúsNieves
Foto: D.Álvarez