Fueron amigos inseparables compañeros de correrías políticas juntos recorrieron innumerables campañas, pero el tiempo los distanció. No obstante, hoy una sola idea fija en sus cabezas los vuelve a juntar en el mismo camino: la Alcaldía de Punta Arenas.
Son Emilio Boccazzi Campos, exalcalde de la capital magallánica; Claudia Barrientos Sánchez, exconcejala y exseremi de Desarrollo Social, y Verónica Aguilar Martínez, exfuncionaria de Servitrans y actual concejala de Punta Arenas.
Hoy, los tres quieren llegar a ser la máxima autoridad comunal de la capital magallánica para el período 2020-2024.
En la actualidad reconocen estar distanciados. Ya no hablan como antes. Trabajaron juntos con los mismos ideales, bajo el alero del Partido Por la Democracia (PPD). De hecho, el mismo Boccazzi y Claudia Barrientos fueron quienes le dieron una oportunidad en la política a Aguilar, a la que le vieron potencialidades a través del ejercicio de su profesión como relacionadora pública
Y alguna vez, los tres se cobijaron bajo el mismo alero en el Municipio de Punta Arenas. La distancia que hoy mantienen no dice relación con algún enojo grave, sino que tras la estrepitosa caída electoral de Boccazzi en las elecciones de 2016 cada uno emprendió su propio camino
Boccazzi terminó por alejarse de Domingo Rubilar, pareja de Claudia Barrientos, y se refugió en el radicalismo, sin ser militante y sin tener una gran empatía con algunos antiguos del PR. No obstante, salió electo consejero regional y desde ese nicho y su trabajo como arquitecto en Gendarmería ha seguido presente en la primera línea política.
Hace poco, en una entrevista reconoció que la gente le pide en la calle que vuelva al Municipio. Ha sido un crítico de la gestión de Claudio Radonich, pero acarrea una pesada mochila por la crisis de la Corporación Municipal (Cormupa).
Sin embargo, Boccazzi ha sabido estar en el momento preciso cuando el flash se enciende y solo hace unos días se lució en fotografías con “chaleco amarillo” respaldando al sector productivo ante los arteros ataques de los medioambientalistas para impedir la actividad acuícola y minera en la Región de Magallanes.
El arquitecto dice estar disponible para ser candidato a todo, incluso a gobernador regional, lanzándole duros ataques a Jorge Flies, al que califica como el “candidato regalón” de la “clase política”.
Hoy no cuenta con la maquina política que utilizó por más de una década y que la manejaba Domingo Rubilar. Sus más cercanos dicen que si bien señala ser candidato a todo, su corazoncito está en el Palacio José Montes y es ahí donde más quiere volver.
Por su parte, Claudia Barrientos tiene un voto duro que la llevó a ser concejala y que también le señala sus deseos de que vuelva a enfrentarse en una batalla electoral.
La periodista tiene el respaldo de Rubilar. De la mano han recorrido todas las calles y pasajes de la capital magallánica en busca de votos.
Barrientos y Rubilar deben ser una de las parejas regionales que más respiran política. Tienen los mejores contactos dentro del PPD. Son militantes con una larga trayectoria y pese a no estar en la directiva del partido tricolor, lo han manejado fácilmente durante las últimas dos décadas en Magallanes.
Pero al camino de los antes mencionados salió la novata Verónica Aguilar Martínez. La exanimadora del Festival Folclórico de la Patagonia no tiene ni los contactos, ni la experiencia, ni la maquinaria política que poseen Barrientos y Boccazzi. Por eso ha buscado refugiarse en un parlamentario magallánico.
Desde esa trinchera apunta todos los días los dardos al alcalde Claudio Radonich, al cual acusa y denosta en todas las sesiones de Concejo Municipal.
Con el parlamentario de la voz ronca tienen a Radonich como rival político en común, así es que se cumple la profecía del: enemigo de mi amigo, es mi enemigo. Como estrategia de sus amateurs asesores comunicacionales le apuntan los dardos al edil.
Además, Aguilar se muestra mediáticamente defendiendo la labor parlamentaria de su actual “padrino político” e insiste majaderamente en los ataques a la labor municipal, olvidándose de que ella también fue parte de una gestión edilicia que dejó recuerdos más negativos que positivos.
A sus cercanos les ha dicho que está segura de que su figura logrará unir a la oposición magallánica y de esa forma recuperar el Palacio José Montes. Pero sabe que carece de apoyos en las altas esferas políticas donde se toman las decisiones de verdad y ahí está en desventaja ante Boccazzi y Barrientos.
Los tres, que hasta 2016 eran muy cercanos, ahora se deberán enfrentar, quizás en una primaria o en el pedregoso camino que lleve a aquello.
Tienen electores similares, pero el tiempo dirá...