El estallido social del 18 de octubre tocó fondo en diferentes entidades públicas y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) no se quedó atrás, y desde allí es que se comienzan a realizar diferentes cambios en la entidad, que repercutieron en Magallanes luego que le informaran al coordinador regional de que sería desvinculado del cargo y que su contrato no se prorrogaría para el año 2020.
Lo anterior, según consta en el escrito enviado a Contraloría, dicha decisión del director nacional de la entidad, el vicealmirante (r) Gustavo Jordán, se debe a que el trabajo realizado por el coordinador regional no cumplía con los estándares que el mismo director nacional había impuesto.
En los extractos de la resolución enviada a Contraloría menciona que “pese a los años de permanencia en la agencia (4), no ha podido nivelarse ni menos llegar a un nivel mínimo satisfactorio en estas materias, no obstante al tiempo razonable y prudente transcurrido para su adaptación y las acciones de apoyo implementadas para su nivelación tales como, viajes de jefe de división para orientar y enfatizar procesos; viajes de capacitación por parte de la coordinadora regional y reuniones generales de coordinación y orientación”.
Además, la resolución exenta enviada al ente contralor, es drástica en señalar que “las labores desempeñadas fueron ineficientes, calificando su trabajo de precario, insuficiente e impreciso. Además señala no tener el nivel ni competencias para llevar adelante tareas de trabajo con pares y autoridades locales, sin que se ajuste a las funciones que debe desempeñar en la actualidad. En la actualidad se le ha sumado su representante y coordinador del proceso de mesas técnicas locales, sin que el perfil del funcionario le permita cumplir con dichas funciones”.
Por otra parte, en el escrito se refleja que el coordinador regional de la ANI, durante la evaluación 2019 fue catalogado en lista 2, quedando reflejado con ese resultado de que su trabajo no fue el más óptimo.
El director Nacional de la ANI fija en el documento que “en definitiva, su trabajo, en términos generales es metodológicamente precario, superficial e impreciso (…) Requiere constante supervisión y corrección (…) sus carencias hicieron inviables el cumplimiento del objetivo institucional descrito en esa plaza”.
Según fuentes de Gobierno, lo anterior se debería a que debido al estallido social, la Agencia de Inteligencia se vio sobrepasada, sin poder, entregar información a tiempo de lo que ocurriría en el país y menos en la región, la cual se vio fuertemente afectada, con una de las movilizaciones más fuertes que ha existido en nuestra región.