Marcelo Villa recorre con su auto gran parte de la ciudad durante todo el día. Actualmente trabaja para la aplicación Pedidos Ya, donde se encuentran disponibles cerca de diez locales de la ciudad, y para la Pizzería Cuatro Estaciones.
Oriundo de los Los Ángeles, antes de la pandemia se desempañaba como crupier del Casino Dreams. Pero el hecho de tener que seguir pagando las cuentas lo obligó a buscar un trabajo de emergencia. Y lo encontró como repartidor de pizzería. Con la llegada de la aplicación hace unas semanas, el hombre de 32 años vio una nueva oportunidad de seguir generando ingresos en su nuevo rubro.
“Es una pega relajada y me gusta. Alcancé hacer un poco de Uber, antes de encontrar este trabajo. Así que estoy acostumbrado a manejar para todos lados”, explica Villa.
Actualmente realiza cerca de tres a diez pedidos promedio sumando sus dos trabajos. “En un día malo pueden salir tres, pero en un día bueno esa cifra se triplica. Además parto trabajando cerca de las 12 del día y termino como a las diez de la noche. Y entre medio tengo lagunas donde igual puedo almorzar en la casa y descansar”, asegura.
Para garantizar las medidas sanitarias, Villa lleva todo en bolsas especiales y deja el pedido afuera del domicilio del cliente para evitar el contacto social. También para él este fenómeno de los deliverys se vio beneficiado por la pandemia. “Es algo mucho más cotizado porque la gente no quiere salir de sus casas. Además como muchos de estos productos se los cargan a la tarjeta o por transferencia, no hay mucho contacto con las personas, entonces sienten que es más seguro”, explica.
Debido al éxito que ha tenido su carrera como repartidor, el oriundo de Los Ángeles planea seguir con este trabajo una vez que pueda volver a su antiguo trabajo en el casino. “Sumando y restando, las lucas han sido muy buenas y me dejan muchas ganancias. Entonces lo que estaba pensando es trabajar en las dos cosas. De repartidor en el día y de crupier en la noche, una vez que vuelva a funcionar el casino. Me gustaría poder hacer las dos cosas y creo que puedo hacerlo”, señala él.
La Luna
Otro caso que ha sido interesante ha sido el del negocio La Luna. Aunque estaban planificando hace un tiempo poder generar el servicio de despacho a domicilio, la pandemia los obligó a tirarse a la piscina.
Aunque según cuenta el dueño y repartidor del local, Mario Navarro, ha sido un tiempo de ensayo y error. “Esta etapa ha sido de mucho aprendizaje. Como tuvimos que sacar este servicio de forma más improvisada nos ha costado un poco adaptarnos. Pero ahora ya nos hemos podido planificar mejor y coordinarnos para tener horas de despachos. A veces salimos con cuatro o cinco pedidos y yo tengo que correr por toda la ciudad para entregarlos”, asegura Navarro.
Las medidas sanitarias también han jugado un papel importante en la implementación de este servicio, sobre todo para darle seguridad a los clientes. “Nosotros siempre utilizamos mascarillas y hemos tomado las medidas necesarias. Además, estamos intentando promover el pago con transferencia para así evitar cualquier contacto directo con las personas. Así, ellas y yo podemos sentirnos más seguros”, agrega él.
Mientras sube las bolsas de un delivery, Navarro reflexiona sobre la importancia que tenido este servicio durante la pandemia. Al igual que Marcelo, Navarro afirma que este servicio ya no es más un lujo.
“La gente quiere quedarse en sus casas y quiere que su producto le llegue a la puerta sin moverse para no correr ningún riesgo. Antes este era un servicio que la gente usaba para darse un lujo de vez en cuando. Ahora es una necesidad. Y esto va a seguir después que pase la pandemia. A nosotros nos gusta escuchar las necesidades de la gente y acomodarnos a éstas. También lo hacemos con el tema de la carta y muchas cosas más. Por eso tuvimos que instalar este servicio.
Manejando para entregar un pedido, el dueño de La Luna se asombra al ver cómo ha crecido la ciudad de Punta Arenas. A pesar de siempre haber vivido aquí, admite que nunca había dimensionado el tamaño actual. “Yo tengo que recorrer desde el lado norte hasta el lado sur de la ciudad. Y he pasado por tantas partes que no sabía que estaban. Al estar uno en zona urbana, sobre todo en el centro, no dimensiona cuánto ha crecido Punta Arenas. Antes habían lugares que para mi eran el límite de la ciudad, y ahora veo que están llenas de casas y siguen mucho más allá”, reflexiona Navarro.
Mientras que muchos otros locales han tomado este servicio para operar durante la pandemia, según muchos de sus dueños este seguirá tendiendo importancia una vez superada la crisis sanitaria. Es posible que los consumidores vean aquí un ahorro de tiempo que difícilmente sean capaces de olvidar. Además con la llegada de Pedidos Ya, es solo cosa de tiempo para que distintas aplicaciones como Rappi o Uber Eats aterricen en la ciudad, y veamos gran cantidad de bicicletas y de motos manejando por todo Punta Arenas.