Durante la madrugada del domingo pasado Sarita Barría Lincomán era trasladada desde Porvenir a Punta Arenas por una complicación en su estado de salud. Su marido se comunica con su familia en la capital regional para que pudieran estar al tanto de la información, que pudiera ir apareciendo en base a la evolución de Sarita, y es ahí donde comienza el calvario para la familia.
Tras ser trasladada, la mujer fue internada en el Hospital Clínico de Magallanes (HCM), situación que de cierta forma tranquilizó a su familia y en especial a Jéssica Pacheco, su cuñada. Cerca de las 9 de la mañana del domingo, Jéssica comienza a comunicarse con el hospital para solicitar mayor información respecto de la situación de su cuñada.
“Nosotros no sabíamos nada sobre su diagnóstico, solo que estaba un poquito amarilla y que venía a operarse, diagnóstico no había porque había sido algo de urgencia” explica Jéssica que no encontraba respuesta, de las personas con las que se contactó nadie le entregaba una respuesta clara de la ubicación de Sarita al interior del hospital, algunos le decían que se encontraba en la UCI. Jéssica comenzó a sentir desesperación, se contactó con varios funcionarios y nadie sabía respecto del paradero de su cuñada. “Incluso llamé a Carabineros y un funcionario me dijo que Sarita se había ido por sus propios medios” explica Jéssica, quien agrega que “a través de un contacto me comentaron desde el hospital que mi cuñada estaba en urgencia esperando cama”.
Ante esta situación cerca de las 16 horas partió hacia el principal centro asistencia de Punta Arenas y ahí vino la peor noticia, tras insistencias para poder contactarse con algún médico que le pudiera entregar información, le confirmaron que su cuñada había fallecido.
“La doctora me dijo, ‘tratamos de hacer todo lo posible, pero sus patologías eran graves y ella había fallecido’”. Entre otras cosas, señala Jéssica agrega que “el certificado de defunción dice que fue por tantas patologías y también por una neumonía provocada por Coronavirus, yo obtuve su certificado de PCR y es negativo”.
Ya sabida la noticia del deceso de su cuñada, Jéssica comienza a exigir poder verla, y la situación empeoró ya que se lo negaron en varias oportunidades. “Después de explicar la situación, al final nos permitieron junto a mi marido verla y donde entré, fue un pabellón, no necesitaba ver nada más tras ver a una señorita con un delantal plástico con salpicones de sangre, y le consulto si a ella la habían operado y me dijo que no”, explica Jéssica una vez que pudo ver el cuerpo de su cuñada.
Tras asumir la noticia, Jéssica realizó el trámite de ingreso de reclamo a través del OIRS del Hospital Clínico por lo que actualmente se encuentra esperando respuesta oficial.
Como medio nos pusimos en contacto con las autoridades del hospital quienes negaron la falta de cama UCI durante la jornada del domingo (día en que hubo aeroevacuaciones) además de negar el fallecimiento de una persona que se encontraba a la espera de cama para ser internada, situación que se contrapone con lo informado por Jéssica Pacheco y varios testigos que presenciaron lo sucedido.