La autoestima académica y la motivación escolar son ámbitos claves para el desarrollo integral de los niños y jóvenes durante la etapa escolar, pues influyen no solo en el rendimiento académico de los alumnos, sino también en su salud, calidad de vida y nivel de bienestar.
La autoestima académica adecuada y una alta motivación escolar contribuyen al desarrollo integral de los estudiantes y favorecen un proceso sano de construcción y definición de identidad, ya que permiten que los niños y jóvenes tengan confianza en sí mismos y se sientan seguros para vivir nuevas experiencias y asumir desafíos, para esforzarse sin temor al fracaso o para relacionarse libre y sinceramente con los demás. Un colegio que se preocupa y promueve la autoestima académica y la motivación escolar contribuye a formar jóvenes, que se aceptan con sus fortalezas y debilidades, y que tienen la confianza y la energía para esforzarse y emprender desafíos enriquecedores para su desarrollo y crecimiento personal.
Asimismo, en el marco de favorecer un desarrollo sano e integral, una buena autoestima académica y una alta motivación escolar disminuye las probabilidades de que los estudiantes incurran en comportamientos antisociales o en conductas que podrían obstaculizar su proceso de maduración y crecimiento. Un ejemplo práctico; un estudiante con buena autoestima y que esté motivado por la vida escolar tiene menos posibilidades de cometer conductas vandálicas o delinquir, de ser víctima o victimario de bullying, de consumir alcohol y drogas, de ausentarse reiteradamente o de desertar del sistema escolar.
Existe amplia evidencia sobre el impacto favorable que tiene una adecuada autoestima académica y motivación escolar en el contexto educativo y en el rendimiento académico de los estudiantes. Lo que los alumnos piensan y sienten acerca de sí mismos y de sus capacidades influyen mucho en cómo se desempeñan en el proceso enseñanza aprendizaje y también al enfrentar los desafíos académicos. Si un alumno siente que es capaz de aprender y obtener buenos resultados, aumentan las probabilidades de que aprenda mejor, disfrute las instancias de aprendizaje, se esfuerce más y obtenga mejores resultados. A su vez, obtener mejores resultados favorece la autoestima y la motivación escolar, lo que genera un círculo virtuoso que se retroalimenta continuamente.
Una buena disposición de los alumnos hacia el estudio y las actividades escolares, también inciden directamente en el desempeño académico. Aprender requiere involucramiento activo por parte del estudiante.
“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día”.