Poder convertir la crisis en una oportunidad es esencial, así se ha marcado la historia en nuestro País, constantes movimientos sociales han logrado ir instalando en la agenda política y de gobierno demandas ciudadanas legítimas, no obstante es claro que aún seguimos en procesos constantes en búsqueda de un Estado que se sume al gran tejido social por un País que pueda disminuir la gran brecha de inequidad, desigualdad social y de género, entre otros tantos temas que están alojados en los colectivos sociales.
Es indudable que la pobreza, las desigualdades sociales e inequidad están arraigadas a lo largo de nuestra historia, no han desaparecido en la actualidad, más aún ahora que esta Pandemia Global ha dejado al descubierto lo invisibilizados que están nuestros niños, niñas, jóvenes, personas mayores…
Estamos marcados por grandes movilizaciones sociales, que buscan transformar los problemas sociales en una cuestión social, tal es así que el estallido social de octubre del año 2019 marcó un antes y después en Chile. Desde entonces han surgido innumerables investigaciones, opiniones, reportajes, debates políticos, entre otros; que comenzaron a analizar las causas y motivos de este movimiento.
Todos coinciden en la urgente necesidad de otorgar una solución a los problemas derivados de esta indignación de la cuestión social que comenzó el estallido. Esto se convirtió en una cuestión política, traspasando las fronteras de opinión pública e insertándose de lleno en la agenda de gobierno y parlamentaria, es así entonces como nace esta oportunidad llamada una Nueva Constitución para Chile…
El Proceso Constituyente en que nos encontramos es la oportunidad que tenemos para practicar el sano ejercicio democrático, mediante participación ciudadana, comenzar este nuevo tejido social a partir del diálogo convocado u autoconvocado en cabildos o consultas ciudadanas, podemos finalmente en conjunto ser parte de la historia y escribir esta Nueva Constitución.
En esta Carta Magna se precisa consagrar principios como equidad, igualdad de oportunidades, inclusión. Priorizar a nuestros niños, niñas y personas mayores.
En materia de infancia, reconocer a los NNA (niños, niñas y adolescentes) como sujetos de derechos, donde puedan manifestar su opinión, ejercer sus derechos y no sólo reconocerlos como menores dependientes de un adulto, bajo un sistema tutelar. Por otra parte nuestras personas mayores merecen dignidad, se debe reconocer en esta nueva Constitución aquello, donde envejecer sea motivo de disfrutar los frutos por tantos años sembrados y no sume preocupaciones y deteriore su calidad de vida y emociones.
En definitiva, tenemos una gran oportunidad de avanzar hacia un Chile, más justo, humano, equitativo, solidario e inclusivo…
Es tiempo de sumar esperanzas, restar egoísmo, multiplicar solidaridad, dividir responsabilidades para trabajar juntos por un mejor País.