Pedro Gutiérrez Ortiz no solo nació en Magallanes, sino que desde pequeño conoció y vivió el fútbol magallánico con esa amistad que se inicia del barrio, del camarín y que se prolonga por toda una vida. Hijo del “Negro” Gutiérrez, goleador histórico del fútbol magallánico en los 80 y 90 y campeón de Chile con la selección de Punta Arenas en el nacional del ‘80 vivido en nuestra ciudad.
Hoy la historia del balompié continúa inserta en la familia, con Pedro (Hijo), quien comienza a vivirla desde la banca, ya que en marzo recibió el título de técnico del futbol profesional chileno, que se agrega a su profesión de ingeniero, y a pesar de haber estado desde el 2019 trabajando en las series formativa de Palestino, hoy asume como ayudante técnico de Renato “Tiburón” Ramos en la banca lila de Deportes Concepción, con el desafío de llevarlo a la primera “B”.
Ya
con el buzo de técnico recién puesto, hablamos con Pedro Gutiérrez
Ortiz en el inicio de su trabajo en Deportes Concepción.
-Es inevitable no empezar hablando de la salud, ¿cómo has vivido la pandemia a un año de su inicio?
“Cuando
comenzó esto lo tomé con calma y como una opción de aprovechar el
tiempo para estudiar y perfeccionarme, además como cuerpo técnico nos
permitió comenzar a armar la manera de cómo iba a ser nuestro trabajo
para estar preparado ante algún llamado. En lo familiar siempre estuvimos en constante comunicación
y apoyo. En esa primera parte me encontraba trabajando en Palestino y
estuvimos parados desde marzo hasta diciembre del año pasado; ese mes
retornamos a los entrenamientos hasta marzo de este año. Acá es donde
comienza la segunda parte, donde creo que me afectó un poco más
anímicamente, ya que comenzamos con la cuarentena en marzo y, luego de
haber estado entrenando por casi cuatro meses, nos viene esta noticia
dejándonos con la incertidumbre de lo que iba a pasar con el fútbol
joven en Palestino. Como anécdota puedo comentarte que llevaba dos
semanas en casa y ya me estaba entrando la desesperación por volver a
entrenar, todo esto lo viví en Santiago”.
- ¿Hace cuánto tiempo te recibiste como técnico del fútbol profesional chileno y qué te llevó a tomar esa decisión?
“Defendí
mi título el 16 de marzo de este año, después de haber estudiado cuatro
años en INAF, y me fue muy bien. En cuanto a la decisión de ser
entrenador, desde niño quise ser futbolista profesional, pero por cosas
de la vida no pude serlo y ahí me quedó esa espinita clavada. Desde ese día
me dije que en algún momento de mi vida tenía que llegar al fútbol
profesional. Ejercí como ingeniero durante ocho años en Santiago y en un
momento de ese período me cuestione, ¿estudio un magíster para
perfeccionarme en la ingeniería o estudio entrenador de fútbol y cumplo
mi sueño de llegar al fútbol profesional? Y acá estoy gracias a Dios, ya
haciendo realidad este hermoso sueño en la pasión que tengo desde
niño”.
-Hoy asumes como ayudante técnico en el primer equipo de Deportes Concepción. ¿Qué significa este gran desafío?
“Más que un desafío es una oportunidad, para
demostrar que somos un cuerpo técnico muy profesional y que podemos
posicionar al club no donde se merece estar, sino donde debe estar, en
lo más alto. A
la vez darle una alegría a la gente de Concepción y no solo a los que
residen en la Región del Biobío, sino que a todos los lilas que siguen
al club desde distintas partes de Chile”.
- En el mismo escenario, ¿cómo fue tu experiencia en las series formativas de Palestino?
“Palestino
es el primer club que me abrió las puertas, estoy muy agradecido de la
institución y siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Fue mi
primera experiencia profesional en el fútbol donde cumplí labores de
analista del fútbol joven, principalmente de las categorías sub-17 y
sub-19, además de trabajar como scouter del primer equipo. En
ese lugar más que conocer colegas de trabajo conocí personas; existía
un rico ambiente laboral, donde todos eran muy profesionales y
trabajaban en pro de los jugadores jóvenes del club. Creé lazos de
amistad que se mantienen hasta el día de hoy”.
-Pedro, como buen magallánico, ¿qué se echa de menos lejos de la tierra?
“Todo, Punta Arenas es el paraíso para mí, lo llevo siempre en el corazón y siempre estoy pendiente de lo que pasa en la zona. Tengo amistades que hasta el día de hoy perduran y creo que eso es una de las cosas lindas que aprendí
en la región, la calidez de su gente, la amabilidad y nobleza de los
magallánicos. Y sí, se extrañan esos corderos al palo, extraordinarios,
¡¡ja ja ja...!!
- ¿Hacia dónde apunta tu trabajo para este año y cuáles son tus metas a futuro?
“Este año tenemos solo un objetivo, llevar a Deportes Concepción a Primera “B”, no hay otro objetivo, y para eso estamos trabajando día a día con profesionalismo y energía. A futuro seguir avanzando en esta linda carrera de entrenador siempre paso a paso, y sueño con algún día dirigir un equipo profesional que represente a Punta Arenas”.
- ¿A qué crees que deberíamos apuntar hoy para fortalecer nuestro fútbol nacional, para mejorar nuestra competencia y el nivel de los jugadores?
“Principalmente en el fútbol joven. Creo que se debe confiar más en ellos; existe en Chile un gran potencial futbolístico a nivel juvenil. Crear instancias donde tengan mayor participación a nivel adulto por decirlo de alguna forma. Valoro y destaco mucho a los clubes chilenos que, de un tiempo a esta parte, están realizando una gran labor en ese ámbito, dándoles más oportunidades a sus canteranos”.
-En el final, dejémosle un saludo a toda la gente de Magallanes.
“Quiero primero agradecer a la región por haberme entregado los mejores momentos de mi vida, fue donde conocí el fútbol,en el Club Scout.
La Región de Magallanes me enseñó a ser fuerte, perseverante y a nunca dejar de luchar. Solo me resta dejarles un gran abrazo a los magallánicos, desearles lo mejor en todo lo que se propongan y compartirles un mensaje: que los sueños se cumplen con esfuerzo, trabajo y perseverancia. Sería hermoso ver a Punta Arenas algún día en el fútbol profesional, un gran abrazo para todos.