Se acostumbra hablar de Punta Arenas como puerta de entrada a la Antártica. Sin embargo, la proyección no debiera traducirse en convertir los porteros a la Antártica, sino transformarnos en un centro logístico internacional para las expediciones antárticas.
¿Con qué finalidad se preguntará usted? Para que las expediciones que van a La Antártica desde los más diversos países, consideren a Punta Arenas como un centro neurálgico de apoyo hacia la actividad Antártica. Hay que recordar que en la Antártica, necesitamos llevar desde alfileres hasta un portacontenedores, lo que muchas veces se ve truncado a desarrollarse en Punta Arenas, porque no contamos con la logística o, porque resultamos ser más caros, si lo comparamos con Ushuaia.
Se hace necesario unificar criterios, prepararnos como ciudad, generando mesas público-privadas que permitan que sea más interesante y más conveniente hacer puerto en nuestra querida Región, para aquellas expediciones científicas que van a la Antártica.
Hace años, precisamente, propuse a CORFO que se creara un Centro de Negocios Antártico. Recordemos que antes de la pandemia pasaban cerca de 27 expediciones antárticas por Magallanes.
Está claro que necesitamos avanzar en términos de infraestructura, preparar a nuestra gente para hacer esto realidad, pero que pudiéramos participar de una pequeña parte de la cantidad de requerimientos y necesidades de la gente que va a hacer ciencia a la Antártica, permitiría que Punta Arenas pueda reforzar su desarrollo, a través de esta gran actividad como es el desarrollo científico en la zona.
Hemos dado un paso importante, abriendo nuestras fronteras a los cruceros antárticos y, eso, ya nos permite ir posicionándonos de mejor forma, considerando los efectos de la pandemia y el que otros puertos se encuentren cerrados.
Más que unir a todos los empresarios regionales, tenemos que aunar esfuerzos entre todas las industrias, importadores o proveedores de naves del resto del país. De esa forma, atraemos recursos fuera de nuestra Región y que permitirían ir haciendo crecer la necesidad de contratación de mano de obra.
Más que pensar en un gran edificio que pueda llamar la atención de la actividad antártica, hay que pensar en un modelo de negocio que consiga que Punta Arenas se vaya desarrollando, a través de este continente blanco que llama la atención a muchos países e investigadores de distintos lados.
Hay que ir pensando en un Magallanes antártico, pero situarlo desde la operatividad, desde los servicios que podemos entregar como magallánicos, como Región, a las distintas actividades que se desarrollan en este hermoso continente.