Es una buena noticia para la región la reciente decisión de la empresa Silversea de abandonar sus operaciones en Ushuaia y comenzar a operar desde los puertos chilenos de Punta Arenas y Puerto Williams hacia la Antártica.
Se trata de un paso importante el abrir las fronteras marítimas a las expediciones y al turismo y nos instalan un paso adelante de Ushuaia. Sin embargo, no podemos perder de vista que Ushuaia se está preparando para el tema antártico y, para ello, está mejorando su puerto y reforzando su logística para atender de mejor manera a cada una de las expediciones que visitan este Continente.
Y, precisamente, no podemos quedarnos de brazos cruzados festejando que hoy día se toma la determinación de ocupar nuestros puertos para este tipo de turismo, sino que tenemos que prepararnos para lo que viene. Es importante crear un Plan Estratégico Antártico que debe basarse en tres pilares: turismo antártico, ciencia antártica y logística antártica.
Ha crecido la cifra de operadores antárticos en un año normal, llegando a una cifra de veintitrés, los que se gastan cerca de 52 millones de dólares en una temporada estival. Eso, no deja de ser una cantidad de dinero importante que queda de una u otra manera en la región.
Se ha logrado la fidelización de programas como, por ejemplo, el coreano que hoy tiene sus dependencias en el Instituto Antártico chileno y esto que se logró con Corea, sería interesante que se replicara con otros operadores antárticos para que se puedan instalar en nuestra ciudad y trabajar desde Punta Arenas hacia la Antártica. Por eso, insisto en la necesidad de crear un Centro de Negocios Antártico, donde se pueden dar facilidades para instalarse, puedan efectuarse reuniones y para que los científicos puedan hacer una base ahí.
Se vienen actividades importantes, una de ellas es que la sede del Congreso Mundial de Ciencia Antártica en 2024 será Chile y las mesas técnicas funcionarán en Magallanes. Y, entonces, ahí la necesidad de tener un centro de reuniones de gran magnitud para que podamos recibir a futuro a las delegaciones de los distintos programas antárticos internacionales.
Como se darán cuenta, es una tremenda oportunidad y es una tremenda vitrina que podemos tener. ¿Por qué no pensar en una Feria Antártica Internacional?, en la que se exponga desde un alfiler hasta un porta contenedores, donde seamos capaces de ofrecer servicios que requieren los diferentes programas antárticos. Sería una oportunidad, prácticamente única que no podemos desaprovechar para el 2024.