Tras el estallido social, la inmigrante mexicana Trixi Jones contaba en sus redes sociales. “Cuando esto pasó, pensé que todo subiría de precio, como sucede en mi país cuando ocurren estas cosas. Pero wow, me quedé sorprendida de lo fuerte que es la economía chilena, porque todo siguió costando casi lo mismo”.
El responsable de ello fue el Banco Central que debió gastar la mitad de sus reservas en dólares para defender el valor del peso y evitar una escalada inflacionaria, tras el pánico de los inversionistas.
Aunque ingrata y muchas veces incomprendida, esa es la misión del Banco Central que este miércoles dio un nuevo golpe a los mercados ahora con un instrumento diferente: el mayor aumento de tasas de la historia, al pasar de 1,5 a 2,75%, para contener el avance de la inflación y proteger así los sueldos de la población.
Las consecuencias de la medida, empero, no son gratuitas y golpean el crédito tanto de las pymes y como de quienes desean, por ejemplo, adquirir una nueva vivienda.
Según fuentes bien informadas, a contar del 13 de octubre, Banco Santander acortó el plazo máximo de sus créditos hipotecarios a 20 años, medida similar que ya había adoptado el Banco de Chile, mientras que el Banco Itaú, también a contar del miércoles 13, sólo ofrecerá el crédito bipotecario con tasa mixta.
En tanto, Julián Quiroga, CEO de Fivana, señaló que “las pymes que hoy requieren financiamiento, al buscarlo en la banca recibirán un crédito más caro, rebajando sus ganancias y sus niveles de eficiencia o, bien, traspasando el costo al consumidor final, con la posibilidad de reducir sus ventas”.
Quiroga aconsejó a las pymes, como alternativa, recurrir al factoring ante la coyuntura.