Ayer el Juzgado de Garantía de Punta Arenas sentenció a un hombre que maltrató con golpes e insultos durante al menos seis años a tres menores de edad que estaban bajo su cuidado. Tendrá que cumplir con firma mensual ante Gendarmería y no podrá acercarse a los afectados durante dos años.
Las víctimas son sus hijas, de actuales 12 y 14 años de edad, además de su hijastro, de 20 años. Según la querella que inició la causa, “demostró con ellos un estilo de crianza y de relacionarse con su grupo familiar donde predominaban la denostación personal, la privación de aspectos básicos y el castigo corporal como forma de reprimenda”.
Aunque los maltratos habrían ocurrido desde el 2007, el tribunal se pronunció solo respecto a los hechos ocurridos entre el 2011 y el 2017 en la jurisdicción de Magallanes.
En un episodio el condenado arrojó a su hijastro a la ducha, prendió la llave de agua fría y lo golpeó. También lo insultó con calificativos como “flojo” e “inservible”. En otra ocasión recibió un manotazo a palma abierta por interferir en una discusión entre el padrastro y su hermana.
Al adolescente también le restringía la comida. “No le permitía alimentarse a la par de sus hermanas, dándole en palabras de su progenitora lo mínimo para que él se alimentara”, dice la querella.
Las niñas fueron maltratadas con golpes de puños, pies y con una correa cuando desobedecían órdenes o discutían entre sí. De acuerdo a una pericia que les practicó una profesional, ambas sufrieron daño psicológico en el ámbito de la emocionalidad.
Los hechos llegaron a oídas del Juzgado de Familia de Punta Arenas. Aunque se decretaron medidas de protección, se remitieron los antecedentes al Ministerio Público para que se investigase un eventual delito de maltrato habitual.
En julio de 2018 se inició la tramitación de la causa penal, a partir de la querella que interpuso el PRJ “Tus Derechos” (hoy Programa Mi Abogado).
El condenado fue enjuiciado en un procedimiento simplificado durante ocho jornadas. En su desarrollo el tribunal pudo escuchar el testimonio de las propias víctimas y profesionales que los periciaron.
Finalmente, ayer el Juzgado resolvió condenar al hombre a 150 días de cárcel y la prohibición de acercarse a los afectados durante dos años. Los días privativos de libertad se sustituyeron por la remisión condicional, por lo que queda sujeto al control de Gendarmería durante un año.