Desde siempre la Región de Magallanes y Antártica Chilena ha tenido escasa población, advirtiéndose desde el primer instante de su nacionalidad chilena de ocupación territorial. El crecimiento demográfico siempre ha sido muy lento. El censo del año 1907 daba cuenta de que su territorio acogía a 17.330 personas, 55.206 en 1952, 131.914 en 1982, 150.826 en 2002 y 165.593 habitantes en el reciente de 2017. La Patagonia de Argentina, que comenzó a desarrollarse mucho después que Chile, actualmente tiene dos millones 125 mil habitantes, y la nuestra, incluidas la provincia de Palena y las regiones de Aysén y Magallanes, apenas alcanzan a ocuparla casi 300 mil personas. Debemos consignar, eso sí, que Argentina considera Patagonia desde el río Colorado al sur, es decir, desde la provincia de Neuquén, desde la cordillera de los Andes al mar Atlántico argentino. Nuestro territorio chileno ha sido lento en su crecimiento demográfico, en comparación con el vecino país, que comenzó a desarrollarse con mano de obra de connacionales que tuvieron que cruzar la frontera para su propia subsistencia. En Chile hay una nula visión futura de los gobernantes, con precarias políticas públicas, las que no se prolongan en el tiempo para que tengan un real incentivo para inversores, emprendedores pequeños y medianos, para la propia gente que la habita. Si ello no cambia seguiremos siendo una de las regiones que presentan menor crecimiento demográfico. Esperemos que el nuevo Presidente y su mandato tomen en consideración estas condicionantes para mejorar la habitabilidad en la Patagonia chilena.