Según explicó, la economía nacional y regional están afectadas por una conjunción de factores donde los más importantes son la fuerte presión inflacionaria derivada de factores externos como la guerra en Ucrania y las sanciones internacionales, a lo que se suma un bajo crecimiento, creciente fuga de capitales, cada vez menos inversión y una altísima deuda pública. “Vamos hacia un escenario de cada vez menor crecimiento, lo que sumado a los otros factores que estamos viendo de alta inflación y menores inversiones, pueden llevarnos a que el próximo año tengamos un crecimiento cero. Además, esto nos encuentra con una altísima deuda pública, 40% del PIB, a diferencia de lo ocurrido en la crisis subprime de 2008, que casi no se sintió por el plan de reactivación del Gobierno. Ahora es como si enfrentáramos una emergencia con todas las tarjetas de crédito reventadas, una auténtica tormenta perfecta”, sentenció.
A esto se suma, dijo, la incertidumbre política derivada del proceso constituyente, donde sin embargo podría haber un punto de inflexión el 4 de septiembre, “dependiendo del resultado del plebiscito”, sostuvo.
El presidente del Banco Central, Mario Marcel, declaró que el 70% de la presión inflacionaria es externo, pues la guerra en Ucrania impacta en el precio del petróleo y los alimentos.
Pero aunque la guerra termine o, simplemente, cesen las hostilidades, el efecto de las sanciones sobre Rusia es tan profundo que seguirá habiendo desabastecimiento global en aspectos clave de la economía mundial como es el petróleo y los alimentos, lo que seguirá afectando la inflación, enfatizó.