Mientras me encontraba fuera de la región, con preocupación y tristeza recibí la noticia del agravamiento del estado de salud y posterior fallecimiento de mi amigo y compañero Pedro Barrera Artigas. Un tipo bueno, respetuoso, colaborativo, dedicado, perseverante, socialista y, por sobre todo, siempre militante del movimiento social y popular chileno. Esos viejos queridos que vale la pena conocer y compartir en la vida.
Pedro pertenece a esa generación que ha estado presente en todas las batallas, siempre comprometido en primeras líneas sin dudarlo, por convicción, por valentía, porque lo sentía como un deber. Votó por Allende, trabajó por la Unidad Popular, en clandestinidad combatió la dictadura mientras reconstruía nuestro partido, ganó con el No y recuperó y trabajó por la democracia, fue crítico de nuestros gobiernos desde su mirada social, ayudó llevar a una mujer socialista a La Moneda, marchó en el estallido social e hizo todo lo posible por dar a Chile una Constitución escrita en democracia.
A Pedro me tocó conocerlo cuando yo era adolescente en la Población Carlos Ibáñez, junto a su esposa, nuestra querida y recordada compañera socialista Herna Huenuman (q.e.p.d.). Después del golpe militar muchos compañeros se dieron a la tarea de reconstruir el partido en clandestinidad, reuniéndose en casa a pesar de los riesgos, pero con el objetivo de resistir la dictadura y recuperar la democracia. Acompañando a mi mamá a casa de Augusto Vera conocí a la señora Herna, tremenda mujer socialista, que enfrentaba la crianza de su familia en parte sola, porque su marido, Pedro, exonerado de la Lanera Austral por su militancia, debió buscar trabajo en Argentina ya que todas las puertas se le cerraron en Chile. Pedro debió sufrir el alejamiento de su familia y de su país, pero eso no lo doblegó. Siempre optimista superó todas las adversidades.
No recuerdo cuándo Pedro regresó definitivamente a Chile, solo sé que lo conocí resistiendo la dictadura con decisión y valentía, que dedicó gran parte de su vida para luchar por las causas populares, desde directivas de juntas de vecinos, desde organizaciones sociales, desde agrupaciones de trabajadores, para procurar justicia y dignidad a los más desposeídos, con un profundo sentido de clase. Por eso siempre fue un tipo humilde y respetuoso. Por eso siempre fue socialista, con orgullo, con profunda convicción. Por eso dedicó toda su vida a su partido, el partido de Allende.
Te recordaremos por tu palabra respetuosa y reflexiva, por tu sabiduría basada en la experiencia, por tu optimismo en la adversidad, por tu compromiso sin descanso. En lo particular agradezco tu confianza hacia mis capacidades, tus consejos oportunos cargados de cariño, tus buenos deseos y augurios a mi futuro. Para todos los que te conocimos, la convicción de que estarás presente apoyándonos en cada una de las luchas sociales venideras, que tus ideas y compromiso impulsarán una nueva generación de socialistas, especialmente desde el núcleo que fundaste.
A sus hijas Viviana, Victoria y Juana, a su familia, nietas y nietos, bisnietas y bisnietos y tataranieta, la tranquilidad que Pedro estará bien en su nueva etapa, que fueron afortunadas y afortunados de compartír y recibir cariño de un hombre integro y verdadero, de recibir el ejemplo directo de un hombre de convicciones y consecuencia.
Compañero Pedro Barrera, honor y gloria.