Cuando se habla de moral se refiere al comportamiento humano ya sea individual o colectivo en relación con el bien o el mal.
La moral es fundamental para la convivencia humana. La existencia y respeto a los valores y normas han demostrado facilitar los acuerdos, la armonía y el progreso de los seres humanos a diferencia de los modelos sociales anárquicos.
Desde un punto de vista psicológico se habla tanto de una moral de tipo heterónomo como autónoma. En esta columna se hará referencia a la primera.
El interés en la sicología surge por la conducta moral, al intentar descubrir por qué los niños actuaban como lo hacían. De este modo aparecen investigaciones con el fin de responder las siguientes interrogante: ¿Cómo entienden los niños las normas?, ¿Qué piensan sobre la responsabilidad individual?, y ¿Qué concepción tienen de la justicia?
Entender cómo surge y cambia la moral en los niños, permite comprender con mayor claridad la forma en la que aparecen las normas morales en los adultos.
El desarrollo de la conducta moral, al igual que cualquier otro tipo de comportamiento en el ser humano sigue un proceso. La primera etapa del desarrollo de la moral corresponde a la heteronomía.
Lo heterónomo hace referencia a imperativos o exigencias que están fuera de la persona y no en si misma.
La moral heterónoma se refiere al aprendizaje de lo que es lo bueno y lo malo. Es un aprendizaje que se dicta desde afuera, es decir, aquello que los primeros agentes socializadores enseñan, tanto los padres como la escuela. Estos aprendizaje son reforzados por la sociedad.
Este tipo de moral es la que aparece cuando el niño comienza a reflexionar o preocuparse sobre el mundo y se mantiene hasta aproximadamente hasta los 9 años de edad.
La moral heterónoma se caracteriza principalmente por lo siguiente:
- Aceptación de normas externas. La principal característica de la moral heterónoma es la aceptación automática de todas las normas y creencias que vienen desde el exterior, especialmente si son impuestas por una figura de autoridad.
- Quienes actúan bajo la moral heterónoma se preocupan principalmente por no recibir castigos o sanciones. Por lo tanto, cuanto más severo es el castigo, peor será vista una acción. Durante esta etapa del desarrollo moral, si alguien hace algo malo, creerá que será castigado inevitablemente y de inmediato.
Un ejemplo sencillo de un comportamiento regido por una moral heterónoma es: estudiar para no sacarse una nota roja. Desde esta perspectiva el aprendizaje cumple un rol secundario, lo importante es evitar el castigo.
Por ultimo, un ejemplo radical de heteronomía se puede apreciar en la esclavitud. A los esclavos se les consideraban incapaces de regirse a sí mismos. Por lo tanto estaban constantemente sometidos a la voluntad de su amo, quien les entregaba todo tipo de instrucciones y determinaba, por ellos, qué había que hacer o estaba bien y qué no había que hacer y estaba mal. Además, para evitar la desobediencia recurrían al castigo.