La sabiduría popular chilena destaca que un hermano –un buen hermano– es o debiera ser un amigo que te regaló Dios porque compartir o haber ocupado el mismo vientre materno es un regalo divino, y la Vida puede regalarte un buen amigo, el que llega a ser un hermano con el correr del tiempo.
Pero hay amistades peligrosas, muy peligrosas para muchos chilenos, para muchos magallánicos y ello ha quedado en evidencia por estos días cuando, temprano por la mañana, efectivos de la Policía de Investigaciones, PDI, con la presencia de un Fiscal allanaron oficinas del Gobierno Regional, GORE, del Ministerio de la Vivienda, MINVU, y de las oficinas de los municipios de Puerto Natales y de Porvenir.
La razón: la eventual responsabilidad en el caso “Fundaciones” que el oficialismo ha disfrazado como “Caso Convenios”, una singular manera de acceder y apoderarse velozmente de millones y millones de pesos, con la mentirosa excusa de que iban a ser destinados a mejorar “la calidad de vida” de miles de chilenos que viven en “asentamientos precarios”, como la jerga (¿o Coa?) oficialista denomina a los miles de campamentos que la ineptitud, los incendios forestales – urbanos, la inmigración y la miseria generada por un pésimo manejo económico han ido creando a lo largo de Chile, especialmente en la zona norte y centro sur.
“Fundación Pro Cultura” despilfarró dineros de todos nosotros en fomentar tareas que no le eran propias y pagando, por ejemplo, 270 mil pesos el metro cuadrado de pintura de fachadas de edificios de Antofagasta, mientras otras “Fundaciones” recibieron, en tiempo récord, centenares de millones de pesos que pagaron la compra de ropa interior carísima, comidas “gourmet” y tragos caros o pagar millonarias deudas “en nombre de los que menos tienen”.
El sistema, que empezó a operar, hace poco más de dos años, gastó también “la superioridad” moral” de una izquierda frente amplista – comunista que se puso a la altura (o a la bajeza, más bien) de alcaldes corruptos, de todas las militancias, algunos presos y otros aún en libertad o con medidas cautelares irrisorias para muchos.
Y aunque cierta vocera quiera cargar los dados para un sector que no es el suyo y olvida la desaparición de computadores desde las oficinas de un ex ministro que anuncia querellas por daño a su honra, de medicamentos y dinero de la “farmacias populares”, habrá que esperar que los fiscales investiguen todas las 700 mil fojas de la causa que desató el “Caso Audios” con el abogado Hermosilla, presunto jefe de la inteligencia del comunismo chileno y el ex jefe de Investigaciones, amigos entrañables.
Puede que demore un tiempo, pero el equipo que lidera el fiscal Eugenio Campos, respetuosa y cariñosamente llamado por muchos, como yo, “Implacable”, saque a la luz todo; que algo le pase al señor abogado y sus dirigidos y contactos, y Chile sancione una lacra de mentirosos y corruptos sin parangón en nuestra historia.