Todo Chile impactado con la muerte de Claudio Iturra, a sus 43 años, es calificado como un viajero y aventurero, todos quienes disfrutamos de programas de viajes, conocimos su trayectoria.
Un joven chileno lleno de sueños y con mucha energía, deja una huella de superación y realización, deja mensajes y reflexiones que iremos rescatando y conociendo con el tiempo, de manera inesperada llega la muerte y nos sorprende.
Para quienes tenemos una cosmovisión cristiana, la muerte es una transición, es un paso más en nuestra vida, pues creemos que la vida no termina con “la muerte”, por eso el mensaje cristiano siempre va aparejado con una pregunta; ¿estamos preparados para la vida eterna?.
Conozco otras posturas y pensamiento, para algunos la muerte es el fin de la existencia humana, para otros la muerte es un “dios” y también existen los que creen que la muerte te da la posibilidad de reencarnación y así la posibilidad de “corregir” tu vida anterior, etc.
Independientemente cual sea tu postura al respecto la muerte existe y todos debemos estar conscientes que en cualquier momento llega, esto produce dolor, tristeza y llanto en quienes estamos vivos, pues se experimentan emociones diversas, tales como; cuestionamientos, remordimientos, algunos experimentan culpa, etc.
En mi experiencia la muerte llegó a muy temprana edad, entre los 8 y 9 años experimenté el dolor de la ausencia y partida de mis abuelos maternos, desde que llegamos a Magallanes nunca más los ví, solo me queda el recuerdo de los momentos vividos con ellos en Puerto Montt, por años como niño y adolescente lloré su ausencia, mi fe dice que un día los veré junto al río de Dios (Como dice una canción).
A los 22 años la muerte llegó a nuestro hogar y mi hermano Daniel se fue a los brazos de Dios, la última canción en familia fue “hay una isla llena de ensueños”.
La muerte, para algunos es negra y con un aparato en la mano llamada guadaña, para los cristianos la muerte no tiene esa imagen, pues creemos que la muerte es un paso a la vida eterna.
No deseo escribir un sermón u homilía, solo una reflexión, pues de una cosa estamos seguros y esta es “que un día hemos de morir”, aunque algunos se declaren “Irreligiosos” o Arreligiosos”, todos enfrentaremos la muerte, por esto es necesario pensar, hablar, conversar, pues es parte de nuestra existencia.
Para terminar como ciudadanos conscientes debemos saber que un día moriremos, por eso mi consejo es; hoy cuando estamos con vida esforcémonos para no perder la fe, reflexionemos, estudiemos o busquemos una respuesta que llene nuestra expectativa de vida, que dejemos una huella que otros puedan seguir, no pasemos por esta dimensión natural sin una fe, sin Dios y sin esperanza.