Antes del 30 de noviembre, la Corporación Municipal de Punta Arenas (Cormupa) presentó al Concejo el Plan de Salud Comunal 2025-2028, el que fue rechazado por mayoría. “Una pena”, dijo Elena Blackwood, secretaria general de la entidad, “porque detrás de ese trabajo hay un equipo que ha dedicado bastante tiempo y responsabilidad en poder preparar el Plan Comunal de Salud 2025-2028”.

El concejal José Becerra, al momento de la votación, argumentó su rechazo en que “el Plan no fue presentado ni en tiempo, ni en forma en la secretaría municipal, lo que vulnera el principio de transparencia en la labor municipal”. Además, carecería de “estrategias claras de carácter preventivo”; no habría consignado “la participación de la ciudadanía”; y que fue “una falta de respeto que se entregue el plan dos días antes de la votación. Si fuera lectura, daría lo mismo; pero es análisis del documento de 150 hojas”.

Pedro Jofré, director de Salud de la Cormupa, le espetó en la misma instancia que “sí hay mecanismos de participación ciudadana: los diagnósticos de salud participativos. La comunidad sí ha trabajado con nosotros y ha estado al pendiente de esto”. También que la demora se debió a que “esperábamos una respuesta a nivel superior de salud, que nos diera algunas directrices y eso nos atrasó”. Esos problemas fueron del Servicio de Salud Magallanes (SSM). 

Jofré y Blackwood, sentados en la oficina de esta última, aclararon que es “dinámico, pues se puede ir ajustando en la medida en que avanza el tiempo. No es algo estático, tampoco tiene un presupuesto aprobado, por lo tanto, es un plan referencial, porque una vez que se aprueba el presupuesto también sabemos de qué recursos disponemos para concretar algunas de las ideas que se plantean ahí”, dijo la secretaria. 

El director, en tanto, aseguró que se ciñeron a la Estrategia Nacional de Salud 2020-2030, que “se monitorea a través de distintos indicadores: uno, en las metas sanitarias; y otros en el índice de actividad de atención primaria. Ambos nos dan los lineamientos para lo que el ministerio de Salud quiere para todo el país”. En esa misma estrategia, agregó, está considerada la prevención, y que a la comunidad sí se le incluyó “a través de un instrumento validado, que es el diagnóstico de salud participativo. Ese diagnóstico se hace por cada centro de salud cada tres años. Nosotros podemos adelantarlo para poder ir actualizando, sobre todo posterior a pandemia, porque las características epidemiológicas, la percepción de nuestros vecinos, los peak de enfermedades respiratorias u otros han ido cambiando. Se actualizaron los planes con la comunidad, con el apoyo del Consejo de Desarrollo y con el resto de la comunidad organizada que está en cada territorio”. 

Así las cosas, el Plan Comunal estableció tres líneas: la salud mental, los usuarios con dependencia severa, y la acreditación y calidad. “Esos tres son los focos principales. Eso no quiere decir que no existan más objetivos incluidos en el plan, que dan respuesta al resto de las necesidades”, precisó luego Jofré, antes de añadir: “El plan lo tomamos de las orientaciones ministeriales, las necesidades nacionales y regionales que el ministerio nos indica para nosotros; la comunidad, a través de los diagnósticos participativos, y un análisis que se hace localmente que lo hace el administrador. Eso nos da directrices”.

Con todo, el Plan fue aprobado vía decreto del alcalde y enviado al SSM. Ahora, están a la espera de las observaciones.