El Obispado de Punta Arenas ha otorgado el Premio por la Paz 2024 al destacado vecino Patricio Riquelme Valdés, en reconocimiento a su invaluable trayectoria de servicio a la comunidad, su fe y su compromiso con la promoción de la paz. La distinción fue entregada en una eucaristía especial celebrada ayer en la Iglesia Catedral de Punta Arenas.
Desde 1994, este galardón es otorgado por la Diócesis de Punta Arenas para destacar a personas que han hecho contribuciones excepcionales en favor de la paz en la Región de Magallanes. Este año, el reconocimiento se centró en Riquelme, cuya vida ha estado marcada por su dedicación profesional, espiritual y cultural a la región que ha considerado su hogar desde 1965.
Nacido en Santiago en 1937, Patricio Riquelme comenzó su carrera profesional como ingeniero en el contexto del terremoto de Valdivia de 1960, participando en la reconstrucción de las zonas afectadas. Esta experiencia forjó en él un profundo sentido de responsabilidad social y resiliencia.
En 1965, llegó a Punta Arenas como funcionario del Ministerio de Obras Públicas, donde asumió la Dirección de Aeropuertos. Durante 46 años de servicio, no sólo impulsó el desarrollo de la infraestructura aeroportuaria de la región, sino que también se convirtió en un ejemplo de dedicación y ética profesional.
Simultáneamente, Riquelme se involucró activamente en la vida eclesial. Junto a su esposa, Nora Fagerstrom Fuentes, participó en las primeras Comunidades de Base de la Iglesia local y asumió roles destacados en la Parroquia Catedral y el Centro de Padres del Liceo María Auxiliadora, donde fue presidente por varios años.
Uno de los hitos más significativos en la vida de Patricio Riquelme fue su labor como coordinador técnico y logístico durante la visita del Papa Juan Pablo II a Punta Arenas en 1987. En un contexto político y social desafiante, Riquelme lideró la organización de este evento histórico, trabajando de manera coordinada con diversas instituciones, desde la Iglesia hasta Carabineros.
Hoy, a sus 87 años, Riquelme recibe este reconocimiento con humildad y gratitud, destacando que todo lo que ha logrado ha sido gracias al apoyo de su familia, la comunidad y su fe inquebrantable.
El obispo de Magallanes, Oscar Blanco Martínez, durante su homilia, destacó la labor de Patricio, manifestando que “vamos a reconocer a don Patricio Riquelme Valdés, esposo y padre de familia, magallánico, como una de esas personas que decidió darle sentido a su vida a través de los valores humanos y cristianos. Su vocación de servicio en la Iglesia, en la cultura y a la sociedad civil lo hacen acreedor de tan digno reconocimiento, artesano de la paz. El Premio por la Paz, que le entrega nuestra Iglesia diocesana, quiere honrar su larga trayectoria de la vida cristiana, familiar, profesional y social, de Patricio Riquelme Valdés como discípulo misionero de la paz”.
Finalmente, el obispo aprovecho la instancia para agradecer el servicio del diácono permanente Oscar Nuñez, quien hasta ayer fue el secretario canciller diocesano, expresando que “queremos reconocer y agradecer el largo y silencioso servicio en nuestra Iglesia diocesana a don Oscar Núñez Valenzuela, esposo y padre de familia, diácono permanente de nuestra Iglesia, quien dedicó gran parte de su vida como secretario canciller diocesano. Uno que hizo de su despacho su segundo hogar, que detrás del teléfono escuchaba, escribía y callaba (muchas veces) para llevar la fiesta en paz … Su experiencia y sabiduría lo hicieron un servidor bueno y fiel”.