La Región de Magallanes enfrenta un desafío que, si bien es común en muchas partes de Chile, adquiere características propias debido a sus particularidades demográficas: asegurar una vejez digna para los adultos mayores. Con el envejecimiento de la población, el bienestar de los adultos mayores se ha convertido en una preocupación urgente. La región presenta una de las tasas de crecimiento más rápidas en este grupo etario, lo que exige una respuesta integral en términos de salud, seguridad social y políticas públicas.
Uno de los principales problemas que enfrentan los adultos mayores en Magallanes es el acceso a una atención de salud de calidad. A pesar de contar con servicios médicos básicos, la infraestructura sanitaria en algunas zonas rurales es limitada, y los especialistas son escasos. Esta realidad obliga a muchas personas a desplazarse grandes distancias para recibir atención, lo que dificulta el acceso oportuno y efectivo a los tratamientos. En un contexto de clima extremo y costos elevados de transporte, esta barrera se convierte en una fuente adicional de sufrimiento para quienes más lo necesitan.
A nivel nacional, el sistema de salud pública ha sido objeto de múltiples críticas por su capacidad para atender a una población envejecida. Sin embargo, en regiones como Magallanes, esta problemática se ve acentuada por la lejanía, lo que exige políticas públicas que garanticen la equidad en el acceso a la salud. Es fundamental mejorar la cobertura de servicios médicos, reforzar la atención domiciliaria y fomentar la telemedicina, herramientas que podrían aliviar las distancias físicas y reducir la dependencia de los adultos mayores de los servicios hospitalarios.
Además, la vejez digna no solo depende de la salud. Se requiere un enfoque integral que abarque la seguridad social, el acceso a la vivienda y la participación en actividades comunitarias. La implementación de programas de apoyo psicosocial, la mejora de la infraestructura pública y el fortalecimiento de las redes de cuidado familiar y comunitario son pasos fundamentales hacia una vejez plena.
El Estado, junto con la sociedad civil, debe trabajar de manera conjunta para transformar a Magallanes en una región amigable con las personas mayores, donde puedan vivir con dignidad y en condiciones de bienestar, sin importar su ubicación geográfica.