En el muelle Arturo Prat de Punta Arenas, el imponente rompehielos AGB-46 “Almirante Viel” se erige como un símbolo de la presencia chilena en la Antártica. La embarcación, que acaba de completar con éxito su primera misión en la Antártica, ahora se prepara para un nuevo desafío en las heladas aguas australes.
El “Almirante Viel”, construido entre 2018 y 2024 en los Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) en Talcahuano, se ha convertido en el rompehielos más grande construido en Sudamérica. Con una eslora de 111 metros, el buque cuenta con una dotación de 77 marinos y la capacidad de albergar hasta 34 científicos. Entre sus principales equipamientos destacan avanzados sistemas de ecosondas, laboratorios especializados, un hospital completamente equipado y tecnologías de recolección de muestras, consolidándose así como una pieza clave para la investigación polar.
Primer viaje: un balance positivo
El capitán del navío, Juan Pablo Enríquez, comandante de la embarcación, valoró de manera positiva la primera travesía de la embarcación. “En general, la primera misión salió muy bien. Pudimos efectuar nuestras pruebas de hielo, -se rompió hielo- y, por supuesto, probamos los diferentes sistemas del buque en su entorno natural que es la Antártica. El balance fue tremendamente positivo”.
La primera expedición antártica, que tuvo lugar entre el 9 y el 24 de enero permitió evaluar el desempeño del rompehielos en el Mar de Weddell. Durante la travesía, la nave demostró su capacidad para abrirse paso a través de capas de hielo de hasta un metro de espesor sin inconvenientes. “Todo resultó muy bien y nos deja optimistas para las próximas misiones”, comentó Andy Arriagada, quien es primer capitán de corbeta y quien fue el encargado de dar el recorrido de las instalaciones.
Segunda expedición
A una semana de zarpar nuevamente hacia la Antártica, la tripulación del “Almirante Viel” se encuentra en plena fase de preparación. Esta segunda travesía tendrá un enfoque logístico, con el objetivo de abastecer diversas bases antárticas hasta el 8 de marzo. La meta principal es alcanzar el sur del Círculo Polar Antártico y arribar a la Base Teniente Luis Carvajal Villarroel en el área de Bahía Margarita.
El sargento segundo navegante, Huger Jaramillo, explicó que la planificación de la ruta implica un análisis exhaustivo de la cartografía chilena y británica, combinando mapas en papel con sistemas de navegación electrónica. “Nuestro objetivo es evitar cualquier percance durante el tránsito hacia la base, adaptándonos a las condiciones climáticas cambiantes en la región”, afirmó.
Apoyo logístco y científico
El “Almirante Viel” desempeña un rol fundamental en el sostenimiento de las bases chilenas en la Antártica, proporcionando insumos esenciales como víveres, combustible y materiales de construcción. Además, el buque cuenta con una plataforma de investigación científica de primer nivel. En la próxima expedición, se espera el embarque de personal del Instituto Antártico Chileno (InaCh) para la realización de estudios sobre la biodiversidad submarina, corrientes oceánicas y patrones de viento en la región.
El teniente segundo Agustín Reyman, oficial a cargo de la navegación del rompehielos, destacó la importancia de la tecnología a bordo. “El buque cuenta con sistemas de navegación de la marca Confeder para el control y monitoreo, y con General Electric para la propulsión y generación de energía. Esto nos permite operar de manera segura y eficiente en las condiciones extremas de la Antártica”.
La tripulación
Asimismo, la tripulación está compuesta en su mayoría por marinos jóvenes, muchos de los cuales están realizando su primera travesía en estas latitudes. “Ha sido una experiencia gratificante. Para desempeñarnos en el puente de mando, primero pasamos por un periodo de entrenamiento y calificación en diferentes roles, como radarista, timonel y vigía”, explicó Reyman.
El rompehielos también cuenta con una completa unidad de Sanidad Naval, liderada por el capitán de corbeta Camilo Lamilla. “Podemos atender emergencias básicas y estabilizar pacientes en caso de accidentes. Incluso, si fuese necesario, podríamos realizar cirugías de emergencia a bordo”, significando un resguardo importante.
Además está equipado con un hangar para dos helicópteros y una cubierta de vuelo apta para operaciones diurnas y nocturnas. Denisse Bravo, (una de las cinco mujeres abordo) cabo segundo y controladora de aérea, explicó que el helicóptero es esencial para labores de reconocimiento y apoyo logístico. “Durante la primera misión, se utilizó para identificar áreas propicias para las pruebas de hielo y para trasladar carga entre las bases antárticas”.
El “Almirante Viel” es una pieza clave en la estrategia de Chile para consolidar su presencia en la Antártica. “El buque juega un rol fundamental en el apoyo logístico y en la investigación científica, asegurando que nuestras bases puedan operar de manera eficiente y sustentable”, concluyó el comandante.
Con su regreso a Punta Arenas, el rompehielos se alista para su próxima travesía, reafirmando el compromiso del país con la exploración y el cuidado del continente blanco. En pocos días, volverá a surcar las heladas aguas del extremo sur del mundo, llevando consigo la bandera chilena y el espíritu de aventura de su tripulación.