Mientras en Punta Arenas, los turistas europeos se tomaban fotos en la plaza Muñoz Gamero o paseaban por el parque nacional Torres del Paine, mucho cambió a nivel mundial, en los últimos días.
“Lamentablemente, por nuestra ubicación geográfica, mientras nosotros estamos de vacaciones, en el resto del mundo se están tomando grandes decisiones. Aquí en Chile, uno ve a todos desconectados y, sin darse cuenta que el mundo cambió, que hay toda una agenda política woke, que se ha derrumbado y que ahora, Estados Unidos viene a imponer nuevas condiciones”, nos dice Jorge Guzmán, analista internacional.
Y es que mientras la élite chilena disfruta de momentos de contemplación y espera, en las playas negras, rodeadas de montañas, del lago Caburgua o en las arenas blancas y suaves de Cachagua y Maitencillo, el orden mundial se está alterando de un modo dramático.
Guzmán lo dice muy claro. “Los políticos chilenos no dimensionan lo que está pasando. Hoy día, para Estados Unidos valemos muy poco, ni siquiera estamos en su anillo de intereses más cercano y se dan el lujo de publicar tweets donde dicen cada cosa. ¿Quieren acaso que Estados Unidos cambie su tono y empiece a vernos ahora ya no como algo insignificante, sino como una molestia o un problema?”, se planteó.
¿Y qué ha pasado, que justifica tanta preocupación?
En Munich, la ciudad donde hace casi un siglo Hitler humilló a ingleses y franceses en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, el vicepresidente estadounidense, James David Vance, anunció el viernes 14 de febrero, que Estados Unidos veía en el Viejo Continente un retroceso de los valores fundamentales como la libertad de expresión y la democracia. Vance fue aún más allá y afirmó que la amenaza más preocupante para Europa no es Rusia o China, sino el propio retroceso de Europa respecto de estos valores esenciales para occidente. Los líderes europeos quedaron en shock.
¿Y UCRANIA?
Vance la mencionó brevemente, pero dejó en claro un duro mensaje: Estados Unidos exigirá a Viejo Continente asumir un costo mayor –mucho mayor- del gasto militar de la OTAN, tanto que nadie duda que afectará profundamente las políticas sociales y el bienestar general de la población europea, pues Washington ya no quiere gastar tanto dinero en la seguridad del Viejo Continente, si los propios europeos no están dispuestos a asumir su responsabilidad.
El rediseño internacional estaba solo empezando y se profundizó esta semana con una serie de hechos sorprendentes.
El martes, los máximos líderes de la diplomacia estadounidense y rusa, Marco Rubio y Serguei Lavrov, se entrevistaron en Arabia Saudita, en la primera reunión de alto nivel entre ambos países desde la invasión rusa a Ucrania en 2022. En ella, Rubio y Lavrov discutieron la posibilidad de normalizar las relaciones bilaterales y sentar las bases para negociar el fin de la guerra en Ucrania.
El miércoles, al día siguiente del encuentro con los rusos, el 47° presidente de los Estados Unidos dio una rueda de prensa en su mansión de Florida, donde responsabilizó a Ucrania por haber comenzado la guerra con Rusia y expresó su decepción con la postura ucraniana de negarle a Washington el acceso a sus tierras raras. Por la tarde, el mandatario publicó además un brutal mensaje en su red social Truth: “Un dictador sin elecciones. Zelenski, muévete rápido o te vas a quedar sin país”.
Veinticuatro horas más tarde, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski le dijo a Trump que estaba desinformado, que Ucrania siempre estuvo dispuesta a negociar y que la guerra fue iniciada por Rusia. Mas, ese mismo día y tras reunirse con el enviado de Estados Unidos a Kiev, Keith Kellogg, el líder ucraniano dijo que está dispuesto a “alcanzar un acuerdo sólido y verdaderamente beneficioso” con los Estados Unidos en materia de “seguridad e inversiones”, Desde Washington le dijeron que bajara el tono.
¿QUE VIENE?
Por ahora, no está claro si el plan de paz, que ha iniciado Donald Trump tendrá éxito. Algunos, ya lo comparan con la estrategia seguida por el presidente Bill Clinton, la cual puso fin a la guerra en la ex-Yugoslavia. Otros avizoran un escenario como las dos Coreas, donde los combates terminaron, pero el estado de guerra sigue.
Pero nada se puede asegurar por ahora.
Analistas sostienen que Estados Unidos no se va a desentender del todo de la defensa de Ucrania, pues ya hay partidas presupuestarias aprobadas y el propio Trump reafirmó hace poco su compromiso con la independencia de ese país, algo que no ha desmentido en sus posteriores declaraciones. Otra cosa es que ayude a Zelenski a recuperar el territorio perdido, algo que el mandatario estadounidense (y muchos otros en el mundo, hay que decirlo) ya dan por perdido.
En cambio, Europa deberá hacer un cambio enorme en sus prioridades y políticas, para asegurar su futuro y su independencia, pues el riesgo de Rusia es muy grande.
UCRANIA
En Ucrania, los termómetros marcan hasta 12 grados bajo cero. La batalla continúa a pesar del invierno y las condiciones espantosas. El ejército ruso, ya casi sin tanques, envía todos los días a sus soldados a atacar las líneas enemigas a bordo de camionetas, automóviles Lada requisados o cualquier cosa que tenga ruedas. Entre los atacantes, se cuentan soldados heridos, algunos incluso con muletas, devueltos al frente ante el colapso de los sistemas sanitarios militares. Apenas, estos precarios vehículos se acercan al frente, los drones los identifican y vuelan en pedazos. Aún así, la tropa avanza algunos metros cada día.
En el bando ucraniano, las bajas también son muy elevadas, sobre todo desde que los rusos introdujeron drones equipados con fibra óptica imposibles de hackear. Muchos aviones han quedado en tierra, porque sus mecánicos altamente entrenados también han sido enviados al frente, ante la impotencia de Zelenski. Las deserciones aumentan y se discute si hacer obligatorio el servicio militar también para las mujeres, aunque no se ha llegado a ese punto.
El deseo de paz está en el aire, pero será difícil concretarlo.
CHILE
En este nuevo escenario internacional, el analista Jorge Guzmán cree imprudente buscar puntos de conflicto con Washington y dejó en claro que, para Washington, todo está en revisión, incluido un aspecto tan importante para nuestro país como es el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, donde ya se habla de imponer un arancel del 25% a las importaciones de cobre procedentes de nuestro país, lo que tendría graves consecuencias.
Guzmán es enfático en que a Trump no le temblará la mano si desea eliminar este acuerdo. “¿Y qué va a hacer Chile entonces?, ¿va a sacar una declaración aludiendo al derecho internacional?, no va a servir de nada”, critica el analista, quien agrega: “Veo a la clase política muy poco preocupada de los temas que realmente importan, más aún ahora, cuando se inicia la carrera presidencial y todos están mirando las encuestas, unas encuestas muy malas por lo demás y que hasta ahora, siempre se equivocan”, declaró.
¿Y MAGALLANES?
En términos concretos, Guzmán afirma que hay toda una agenda que dejó de ser relevante a nivel internacional. “Hay una derrota muy grande de la llamada agenda woke, donde los temas ambientales y de género van a ser postergados inevitablemente. Ya lo estamos viendo en todos los ámbitos y, seguramente, se va a confirmar este domingo (hoy), donde lo que algunos llaman la ultraderecha se va a convertir sino en el partido de gobierno, al menos, en la segunda fuerza política más importante de Alemania. Y ese partido ha dicho cosas muy fuertes, como que “no va a quedar ni un parque eólico en toda Alemania”.
El tema no es menor, ya que Berlín es uno de los principales impulsores del desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde en el mundo, incluido Magallanes.
-¿Y qué pasaría con el el hidrógeno verde?
“Está por verse, pero por ahora en lo que se refiere a generación eléctrica, yo creo que lo que viene es el desarrollo de la energía atómica, que es menos contaminante que el gas, pero más barata que la energía eólica”.
Cabe recordar que, por ahora, el desarrollo del hidrógeno verde en Magallanes está orientado, fundamentalmente, a reemplazar el uso de combustibles fósiles en la elaboración de amoniaco, un producto de amplias propiedades industriales y fertilizantes. En torno a esta idea es que avanzan los proyectos de HNH Energy y varios otros que están en estudio, a nivel regional.
En menor medida, además, se ha impulsado esta tecnología para generar combustibles carbono neutrales, como ocurre con el proyecto de HIF Global en Punta Arenas.
Con todo, el escenario internacional está cambiando a ritmo acelerado y está por verse aún si tendrá la magnitud que algunos, como Guzmán, ya avizoran.