La ley 20640 establece las primarias legales como un sistema para la nominación de candidaturas a la presidencia de la República al interior de una coalición. En términos generales se busca que la ciudadanía en forma voluntaria, a través de una elección regulada por Servel, pueda elegir una candidatura entre varios postulantes y que el resultado sea vinculante. Nadie obliga a los partidos a elegir su abanderado presidencial a través de primarias, pero es una forma democrática para seleccionar cuando existen varios liderazgos o los idearios y programas tienen apuestas, fundamentos y/o objetivos distintos. Las primarias se realizan varios meses previos a la elección presidencial, lo cual ofrece una gran vitrina pública en donde los participantes ganadores pueden adelantar y fortalecer su presencia, socializar sus ideas y por tanto acaparar la atención de los medios y las pautas informativas. Por ello, muchos partidos buscan a toda costa participar en este proceso.
Las realidades de los polos políticos son distintas en torno a las primarias. Por un lado, el oficialismo presenta múltiples candidaturas, que lejos de ser reflejo de su diversidad ideológica y fuertes liderazgos, se condice más con la falta de claridad en los desafíos programáticos y por sobre todo la falta de diálogo que conduzca a acuerdos y unidad. La falta de un diagnóstico y evaluación común sobre el accionar del gobierno provoca el fraccionamiento y diversifica las candidaturas, entregando liderazgos con escasa aceptación y posibilidad de competir. Por otro lado, la oposición ha definido no realizar primarias y es probable que lleguen a la papeleta con tres candidaturas. Si bien Chile Vamos pretendía realizar una primaria, lo cierto es que sus propios errores y definiciones previas llevaron al fracaso de ese intento, terminando en un papelón algo vergonzoso.
Los partidos del oficialismo están pronto a inscribir primarias la próxima semana y por ahora asoman 5 candidaturas: Paulina Vodanovic (PS), Jeannette Jara (PC), Carolina Tohá (PPD), Gonzalo Winter (FA) y Jaime Mulet (FRVS). Falta ver si serán invitados Alberto Undurraga (PDC) y Marco Enríquez-Ominami (Independiente). En vez de aglutinar y fortalecer liderazgos se ha optado, ya sea por convicción o falta de diálogo y diagnóstico común, por una competencia abierta con múltiples candidaturas. Resultado de ello, hasta ahora ninguna de las candidaturas logra despegar y destacarse sobre las otras, generando un resultado incierto y por sobre todo un escenario inestable de unidad, que podría provocar rupturas difíciles de enmendar a corto plazo, complicando la candidatura que resulte electa en las primarias. Ha llamado la atención las criticas a la candidatura del PS representado por Paulina Vodanovic. A ninguna otra candidatura se le ha cuestionado por plantear legítimamente su opción e independencia. El PS y el PPD no sólo son partidos diferentes, además tienen idearios y comportamientos distintos. Por lo demás en múltiples elecciones desde la recuperación de la democracia hemos tenido alianzas y opciones electorales distintas (como en la última). Hoy el PS ha concluido, en sesión plenaria de su Comité Central, que nuestras definiciones, convicciones y diagnóstico de la realidad País requieren un perfil de candidatura que se representa mejor con una militante socialista. Con claridad hemos dicho no queremos continuismo, queremos cambio. Será finalmente la ciudadanía con su voto voluntario en las primarias la que elija quien representará al oficialismo en la elección presidencial y no un puñado de iluminados tratando de titeretear el país.
Donde está la confusión misma es en la oposición o para ser justo en el mundo de la derecha que representa Chile Vamos. La candidata Matthei y los partidos de Chile Vamos insistieron e intentaron a todo evento poder realizar unas primarias legales. Su objetivo era distinto a tratar de definir una candidatura entre varios liderazgos o proyectos, ya que sólo pretendían mantenerse vigentes y protagonistas en los medios de comunicación en los meses de primarias. La desesperación los llevó a forzar contrincantes ficticios (que por lo demás estaban inhabilitados por ley) y la improvisación los llevó al fracaso. De la misma forma, sus lateros ruegos para unificar candidaturas con los otros proyectos y miradas de derechas, representadas por Kast y Kaisser, terminaron en algo vergonzoso, debilitando de pasó su liderazgo y aceptación ciudadana. Una estocada mortal para Matthei podría darse si el Partido Nacional Libertario y el Partido Republicano acuerdan hacer primarias presidenciales.
La próxima semana estarán inscritas las alianzas y partidos que realizarán primarias presidenciales y con ello se aceleran las definiciones que permitirán llevar a un o una nueva ciudadana a la Moneda. Los dados ya están rodando, sólo basta saber a quién favorecerá la ciudadanía.