En el marco de sus 35 años de invaluable servicio a la Armada de Chile, el AP 45 “Piloto Pardo” se erige como un pilar fundamental en la proyección y consolidación de la presencia de Chile en el continente blanco. Esta noble unidad, que surcó las aguas australes con sacrificio, profesionalismo y un compromiso inquebrantable, dejó una huella imborrable en la historia naval de nuestra nación, más allá de sus trascendentales aportes en otras zonas como Isla de Pascua o Juan Fernández.
UN ROL ESTRATÉGICO EN LAS COMISIONES ANTÁRTICAS
El AP 45 “Piloto Pardo” fue un actor clave en las diversas comisiones antárticas, desplegándose anualmente para brindar soporte logístico esencial y sostenimiento a las bases nacionales. Operando en conjunto con el AGS “Yelcho” y ocasionalmente con el AGS “Lientur”, este buque auxiliar desempeñó un rol vital en patrullajes y el transporte de carga menor. Estas operaciones se enmarcaban en el “Grupo de Tarea Antártico”, una fuerza liderada por un comodoro, designación que en 1969 recayó en el capitán de Navío Boris Kopaitic, quien fuera el primer comandante de la Radio Estación Telegráfica y Meteorológica “Soberanía” (actual Base Naval Antártica “Arturo Prat”) en 1947.
- Capacidades multidimensionales: más allá del transporte
La versatilidad del AP 45 “Piloto Pardo” se manifestó en sus diversas capacidades y tareas, cruciales para el desarrollo y mantenimiento de la soberanía chilena en la Antártica:
- Soporte logístico: gracias a la amplitud de sus bodegas, el buque transportó material e insumos vitales para el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y las misiones científicas del Instituto Antártico Chileno (INACh), reafirmando el indispensable rol marítimo en las operaciones antárticas.
- Operaciones aeronavales: su diseño permitía operaciones multidimensionales, facilitando no sólo maniobras precisas sino también la proyección y el estudio de nuevas zonas antárticas.
- Labores hidrográficas: el “Piloto Pardo” fue fundamental en la actualización de cartas de navegación mediante complejos sondajes en áreas subantárticas y antárticas. Esta labor, a menudo subestimada en su complejidad técnica, representó un acto de soberanía efectiva, sentando las bases para la seguridad de futuras operaciones y la navegación de otras embarcaciones en estas desafiantes aguas.
- Ayudas a la navegación: el buque contribuyó significativamente a la instalación y mantenimiento de ayudas a la navegación, los “semáforos del mar”, estableciendo rutas seguras y propiciando la renovación tecnológica de estos sistemas implementados por la Armada de Chile desde 1947.
CONSOLIDACIÓN DE LA SOBERANÍA EFECTIVA
El aporte del AP 45 “Piloto Pardo” a la consolidación de la soberanía chilena en la Antártica fue palpable en diversos frentes:
- Apoyo a la construcción de bases: el buque fue esencial en la construcción de refugios del INACh y en la modernización de bases de otras instituciones de la defensa nacional, como las bases “Bernardo O’Higgins”, “Pedro Aguirre Cerda” y “Gabriel González Videla”, además de asegurar el sostenimiento logístico y el relevo de dotaciones.
- Fortalecimiento de la autoridad marítima: el “Piloto Pardo” transportó los materiales y facilitó los trabajos para la construcción de la Capitanía de Puerto de “Bahía Fildes” y la Gobernación Marítima de la Antártica Chilena, lo que permitió la operación permanente de la autoridad marítima en Isla Rey Jorge. Este hecho fue crucial para que en 1985 la institución contara con dos dotaciones operativas durante todo el año, robusteciendo la presencia y actividad de la Armada en dos puntos permanentes del Territorio Chileno Antártico.
HITOS DE UNA TRAVESÍA LEGENDARIA
Durante sus numerosas comisiones, el AP 45 “Piloto Pardo” dejó hitos que atestiguan su operación constante y audaz en el continente blanco:
- Homenaje al Piloto Pardo: en 1987, en Isla Elefante, el buque instaló el primer busto en homenaje al piloto segundo Luis Pardo Villalón, recordando su hazaña de rescatar a la Expedición Imperial Transantártica en 1916.
- Memorial en Isla Pedro I: en 1994, la dotación del “Piloto Pardo” instaló un memorial en Isla Pedro I, consistente en un bloque de concreto y el pabellón patrio, un hito en una navegación inusual fuera del área directa del Territorio Chileno Antártico. Este antecedente es hoy fundamental para la planificación de futuros despliegues del INACh en la zona.
- Récord de Latitud Sur: en 1994, el buque alcanzó los 70 grados de latitud sur, el punto más cercano al Polo Sur al que había llegado una unidad de la Armada de Chile hasta ese momento, un logro registrado en su historial por el propio comandante en jefe de la Armada.
- Primera Comisión Antártica Invernal: ese mismo año, el “Piloto Pardo”, junto al ATF “Lautaro”, realizó la primera Comisión Antártica Invernal, demostrando capacidades excepcionales en condiciones meteorológicas extremas y marcando un hito en la historia naval de Chile.
UN LEGADO QUE TRASCENDIÓ FRONTERAS Y TIEMPO
El AP 45 “Piloto Pardo” no fue simplemente una unidad naval; fue un instrumento de la voluntad del Estado chileno, configurando acciones de soberanía efectiva y consolidación de la presencia de Chile en la Antártica. Sus misiones abarcaron desde el desarrollo nacional y la cooperación internacional hasta la protección civil.
Es imprescindible destacar los diversos y complejos operativos de búsqueda y salvamento marítimo, así como rescates en circunstancias extremadamente complejas, como la evacuación de bases nacionales y extranjeras durante la erupción volcánica en Isla Decepción. Estos son sólo algunos de los muchos capítulos de una historia extraordinaria escrita por las dotaciones del AP 45 “Piloto Pardo”, hombres y “fierros” que forjaron un alma a una unidad que fue fundamental en los esfuerzos de Chile por proyectarse hacia el Polo Sur.