
“La innovación ha sido puesta por la actual administración como un desafío país que nos preocupa impulsar y estimular, en especial, en el ámbito silvoagropecuario por su indiscutible impacto en la competitividad. En la medida que la incorporemos a nuestros diferentes procesos productivos y económicos, se dinamiza la economía nacional; logramos aumentar la productividad e incrementamos los ingresos de los chilenos para contribuir a su bienestar. La innovación es clave para alcanzar el desarrollo al que aspiramos.”, dijo el Ministro.
Junto con destacar el relevante rol que FIA ha realizado en numerosos rubros y temas como los olivos, berries, uva, vino, pisco, ovinos, quesos, carnes, flores y hortalizas y, más recientemente, la huella de carbono y trazabilidad, entre otros, el secretario de Estado recalcó la importancia que la entidad ha dado a la aplicación de su trabajo en un contexto cotidiano y cercano al mundo agrícola.
“Estamos convencidos de que no sirve de nada la investigación que queda limitada a una publicación científica o guardada en un estante. Tampoco es útil aquella que no somos capaces de poner al alcance de los agricultores o que —por básica o de escasa aplicabilidad— nadie valora y es desechada. Necesitamos incorporar y desarrollar tecnologías que permitan continuar con los avances en el mejoramiento sustentable de especies vegetales y animales. Optimizar el uso de los recursos productivos y reducir así, de manera importante, las aplicaciones de pesticidas, fertilizantes e incluso del agua”, aseguró.
En la misma línea, Eugenia Muchnik, directora ejecutiva de la Fundación, reafirmó el compromiso al respecto. “Acordamos que la tarea de FIA no sería la de financiar proyectos de investigación y desarrollo o de transferencia tecnológica, sino que se focalizaría en apoyar iniciativas que combinen conocimientos y acciones emprendedoras para generar valor o empleo, bajar costos y aumentar la competitividad de empresas y/o cadenas agroalimentarias y forestales. Todo ello, orientado a satisfacer las preferencias y exigencias de los consumidores y de los mercados”.
En su convocatoria 2010-2011 —vigente hasta el 30 de este mes—, FIA ha aplicado este cambio de foco, acentuando no sólo la responsabilidad en la ejecución, sino también los resultados esperados por cada uno de los proyectos presentados.
Agricultores, empresarios, gremios, universidades e investigadores son llamados a participar y generar un intercambio de conocimientos aplicado a los procesos productivos, para dar paso a la innovación y, con ello, al aumento en ventas, menores costos de producción, acceso a nuevos nichos de mercado y mayor valor agregado, entre otros beneficios.
También será un punto muy relevante a considerar que quienes presenten el proyecto tengan, o apalanquen, la capacidad emprendedora, y la gestión comercial necesaria para llevarlo a feliz término.
En tanto el Minagri, señaló Galilea, ha asumido su compromiso y ha comprometido un presupuesto de M$8.106.576, “los cuales serán destinados a potenciar, principalmente, la transferencia al sector privado. Esto se efectuará por medio del cofinanciamiento de programas de Fomento a la Innovación, Programas de Desarrollo Tecnológico y Programas de Información y Difusión, tanto de materias técnicas como de los resultados de las iniciativas apoyadas por FIA a lo largo de su existencia”.