
En un extenso escrito, dirigido también en contra del doctor Jorge Flies, en su calidad de director del Servicio de Salud, los facultativos le piden a la Corte que pueda restablecer el imperio del Derecho “y la valoración de la honra de mi cónyuge, por parte de terceros”.
Piden como medida la inmediata cesación, por parte del director del Servicio de Salud Magallanes y sus dependientes, incluida la directora del Hospital Regional Lautaro Navarro, “de juicios de valor denostativos como los utilizados y señalados en el cuerpo de esta presentación en contra de mi marido Gaspar Adolfo Faría Ortega por medios oficiales o no oficiales”. La esposa quiere que se remita al Servicio de Salud de Arica (donde está postulando su marido) “una comunicación formal que señale que el doctor Gaspar Faría Ortega no ha sido objeto de sumarios administrativos, investigaciones sumarias fundadas en mala o deficiente praxis médica; que no ha sido objeto de calificación que determine que carece de destrezas teórico prácticas, ni de ninguna otra que permita afirmar dudas acerca de su calidad profesional”.