
A eso de las 16.30 horas de ayer, todo era alegría y movimiento en el comedor del Internado de la Escuela Pedro Pablo Lemaitre, donde niños y niñas abrían los regalos que les entregó el propio Viejito Pascuero, en tanto apoderados, profesores y personas amables ofrecían una once preparada con mucho amor.
La práctica sencilla pero magnífica de la solidaridad es posible y esto vale mucho más, cuando implica un esfuerzo conjunto que apunta a la entrega en pos de nuestro fin superior: los niños y las niñas del sistema de educación municipal de Punta Arenas. Lo que queda son sólo felicitaciones para quienes hicieron posibles este momento.