
Sin embargo, éste, uno de los procesos más delicados que debe pasar todo mega proyecto minero, aún no entra en tierra derecha, debido a que, el estudio que debiera haber finalizado a principios del mes en curso, se acogió a la prórroga que la compañía pidió hasta el 3 de enero, para dar respuesta a las 90 preguntas que contiene este tercer documento.
Hasta la fecha, han sido dos los puntos más polémicos en términos ambientales, que han demorado la salida definitiva del plan productivo, a las que se refirió su gerente general y, a la vez, representante legal de Minera Invierno S.A. Jorge Pedrals el viernes, posterior al lanzamiento del libro del historiador Mateo Martinic, “El Carbón en Magallanes: Historia y Futuro”; la observación que hizo el ente gubernamental sobre cerrar el total del rajo de la mina posterior a la actividad productiva efectuada en la zona ante el 65% que proponía la empresa y, un aparente error en las mediciones climatológicas del viento que un ciudadano común y corriente pero con especialidad en la materia, hizo ver en el segundo Informe Consolidado a la minera.
Remediación
Al respecto, Pedrals partió sosteniendo que “estamos tranquilos con el trabajo que estamos haciendo, creemos que hemos hecho una labor muy seria y muy larga, de un gran esfuerzo que sentimos técnicamente estamos logrando con los distintos servicios que revisan el proyecto. Tenemos un equipo muy grande que se está juntando con los distintos estamentos a revisar aspectos técnicos del proyecto y esperamos responder estas últimas observaciones, ojalá antes del 3 de enero, que es el plazo que pedimos”.
Consultado por el motivo de solicitud de la prórroga, el ejecutivo reconoció preocupación alusiva al tema del rajo o las cavidades, por lo que admitió estar trabajando en todas las superficies con procesos de pastizales y de vegetación.
Aclaró en ese sentido que, “del total de la superficie que estamos explotando, que son 480 hectáreas de superficie donde va a estar la mina, quedan finalmente dos que tienen del orden de 250 hectáreas que están siendo recuperadas con sistemas de pastizales. Hay dos lagunas y los únicos sectores que quedan como taludes mineros son superficies que tienen menos de 85 hectáreas de las 480 que tiene la mina”, añadiendo a ello que “estamos incorporando también un proceso de reforestación, de manera experimental, con el ñirre”.
En relación al tema de los vientos, el gerente de la minera descartó el error en las mediciones, aseverando que para el análisis de dispersión del material particulado se usaron velocidades promedio y no las máximas, por lo que la calidad de información que se entregó en esa materia sigue siendo ópti