Hoy se cumplen 81 años de la proeza de Arturo Merino Benítez

General
27/01/2011 a las 10:30
El comandante Merino, el capitán Alfredo Fuentes Martínez, el técnico mecánico Fritz Reiche, el radio operador sargento 1° Luis Soto, el fotógrafo sargento 2° Alfredo Moreno y el mecánico cabo 1° Uldaricio Espinoza fueron la tripulación del histórico viaje aéreo que unió Punta Arenas con el resto de Chile. En un día como hoy pero hace 81 años, el primer avión que unió estas australes tierras con el resto del país, amarizó frente al muelle principal de Punta Arenas, comenzando así la ruta Aérea Austral.
La visión del director de Aviación del Ejército, comandante Arturo Merino Benítez de unir el país se hacía cada vez mas grande, con la reciente inauguración del enlace entre Santiago y Arica. El ambicioso oficial apuntó su mirada a Magallanes y el 13 de enero de 1930 comenzó con los trabajos de reemplazo del tren de aterrizaje de un Junkers R-42 por flotadores de avión, nave que, piloteada por el capitán Alfredo Fuentes y el teniente Jorge Bate, realizó las pruebas necesarias entre Puerto Montt y El río Calle Calle en Valdivia, lugar donde aterrizaba quedando la aeronave dispuesta para el viaje.
La nave, de procedencia alemana, no fue escogida azarosamente, contaba con las características óptimas para realizar esta faena, ya que por la ausencia de cartas con información aeronáutica, condiciones climáticas y la ausencia de la radioayuda, era imperativo poder realizar un vuelo bajo la capa de nubes, sumándose la ausencia de aeródromos apropiadamente preparados y señalizados en la ruta Aysén – Magallanes.
Una vez terminadas las pruebas del Junkers, Merino estaba decidido a aventurarse en esta travesía, llegar en vuelo a Magallanes desde el centro del país. Para garantizar el éxito de la misión, se coordinó un sistema básico de información meteorológica en la zona de los canales a cargo de la armada. Además se realizaron amarizajes en diferentes sectores de la zona sur, lago Yelcho y Pumalin con la finalidad de entrenar a la tripulación en estas maniobras. Fue el entusiasmo de los equipos el que se fue duramente truncado con estas tareas cuando un fatal accidente aéreo costó la vida del teniente Aníbal Vidal y su mecánico Alfredo Román en un avión anfibio.
Sin embargo, el tesón de Merino Benítez era mayor, quien decide que la manera de rendirle homenaje a los mártires de la aviación nacional sería concretar la misión impuesta de arribar a Punta Arenas.
Esa misma noche se comunica la decisión a la tripulación del Junkers R-42 N°6 y se realizan los preparativos y coordinaciones para ejecutar las recargas de combustibles pertinentes en Río Baker y Puerto Natales.
Eran las 8.15 horas del día 26 de enero de 1930. El raid austral se había iniciado. La tripulación estaba compuesta por el comandante Merino, el capitán Alfredo Fuentes Martínez, el técnico mecánico Fritz Reiche, el radio operador sargento 1° Luis Soto, el fotógrafo sargento 2° Alfredo Moreno y el mecánico Cabo 1° Uldaricio Espinoza. “Volábamos a veinte metros de altura, sin poder apreciar realmente la cercanía del mar y sus grandes olas”, afirmaría el comandante Merino. La tormenta y mala meteorología comenzaron a producir una alta tensión en la tripulación, que llevó a Merino, al visualizar una pequeña caleta denominada “Ancón sin Salida”, a tomar la decisión de acuatizar y navegar con motor hasta que lograron encontrar una bahía y playa de aguas tranquilas donde poder hacer una pausa, en espera de mejores condiciones de tiempo. Cerca de las 20.00 horas el entorno meteorológico mejoró y contando con buena luminosidad, continuaron el vuelo hacia Natales por una hora y quince minutos. No obstante, y producto del fuerte viento reinante, durante el despegue se dañó la hélice del motor derecho y el flotador del mismo flanco sufrió una leve filtración de agua. Sin embargo, cerca de las 21.00 horas, siendo sorpresivamente avistado desde Puerto Natales el trimotor, se reunió un gran número de personas en la playa de la ciudad, destacando el comisario de Carabineros Eulogio Rodríguez y el jefe del Servicio de Aduanas, tributaron un grandioso recibimiento a los avezados e intrépidos aviadores, que posteriormente se extendió con una cena en el Hotel Última Esperanza.
Al amanecer, ya equilibrada nuevamente la hélice y descartada la filtración del flotador, siendo las 9.00 horas del 27 de enero de 1930, alza vuelo el trimotor desde Puerto Natales con rumbo a su destino final Punta Arenas. La ciudad más austral del continente estaba alertada y su población expectante frente al magno acontecimiento, fue así como poco después de las 10.00 horas, un suave ruido de motores de aviación, permitió ver la silueta del Junker R-42 N° 6. Después de realizar un amplio viraje por sobre la ciudad amarizó frente al muelle. En una lancha la tripulación fue trasladada para recibir el saludo de las autoridades, encabezadas por el intendente de la Provincia, Manuel Chaparro, además del saludo de los magallánicos y de la banda militar del Regimiento Pudeto. Se interpretó el himno nacional, dando un solemne marco a la hazaña realizada por los aviadores liderados por el comandante Merino.
Pasaron 15 años, hasta 1945 cuando se iniciaron los vuelos regulares con el centro del país, iniciándose así la conectividad aérea de carga y pasajeros.

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