
- ¿Sigue estando en riesgo la eficiencia de los fiscales si no se inyectan más recursos al Ministerio Público, como lo ha hecho ver usted en varias oportunidades?
La eficiencia actual no. Lo que pasa es que las demandas de la ciudadanía y del sistema en general, son siempre crecientes. De manera que uno puede proyectar, al corto y mediano plazo, que la eficiencia pueda bajar e inclusive podamos entrar en una situación bastante preocupante. Nosotros hemos hechos profundas reformas de gestión a lo largo de todo Chile, y creo que gracias a esa reforma hemos mantenido e incrementado la eficiencia por donde se mire. Por todas las estadísticas estamos en una curva máxima de rendimiento y yo he advertido lo que usted dice, de que si no se inyectan recursos podríamos entrar en una situación bastante más preocupante. Nosotros hemos insistido en todas las instancias posibles, porque la verdad dura y objetiva es que las cifras demuestran que el sistema estaba diseñado para una carga muy inferior. Sin las reformas que mencioné y ese sacrificio diario de fiscales y funcionarios, hace rato que estaríamos colapsados”.
- ¿Cuántos fiscales y funcionarios necesitan para lograr una dotación acorde a los requerimientos?
“Dentro del plan de fortalecimiento nosotros hemos hablado, en general, de al menos 106 fiscales y al menos una cantidad de funcionarios que le permitan a esos fiscales trabajar, porque ellos tienen que asistir a audiencias y concurrir a un sitio del suceso. En cifras gruesas necesitamos 800 funcionarios y con eso quedaríamos dotados para mantener nuestra eficiencia e incrementarla, porque el Plan de Fortalecimiento además lleva dentro de sí una fiscalía supra territorial especializada para combatir la gran corrupción, el crimen organizado, el tráfico de estupefacientes y otros megadelitos. Y esa fiscalía tendría una dotación adicional de 35 personas, pero permitiría ir más allá en el combate en contra de la delincuencia, porque en crimen organizado lo que más duele es que se le incauten los bienes”.
- ¿Pero fiscal qué fue creciendo en el tiempo, las denuncias o los delitos, para que el sistema comenzara a colapsar?
“Lo que pasa es que hay un pecado original, porque se pensó que el ingreso de causas iba a rondar las 800 mil al año y hoy estamos en un millón 400 mil, casi el doble. Además, paulatinamente se fueron agregando competencias a las fiscalías sin dotarlas de personal adicional, con un diseño original que se mantuvo, como la Ley de Violencia Intrafamiliar, que por sí sola tiene 120 mil ingresos al año; la Ley de Responsabilidad Adolescente, los delitos informáticos, se modificó la competencia de los Juzgados de Policía Local, y así fue que muchas faltas que eran competencia de estos juzgados entraron a las fiscalías”.
- ¿De qué instrumentos, leyes o medidas adicionales le gustaría dotar al Ministerio Público para hacer más efectivo su trabajo?
“Nosotros hemos sostenido que por ahora reformas al Código Procesal Penal no son necesarias. Por otro lado, hemos indicado que hay una serie de leyes que se pueden perfeccionar, en cuanto a herramientas de investigación, como la Ley de Drogas, Ley Antiterrorista y delitos sexuales. Y es importante entregar mayores posibilidades de reinserción a la gente, por vía alternativa al cumplimiento de la condena. Como fiscales nos interesa que si acusamos a alguien sea condenado, pero no necesariamente que quede preso”.
- Después del gran paso que dio nuestro país con la implementación de la reforma procesal, según usted, ¿qué debiera venir?
“Falta difundir las funciones de cada uno y por eso en regiones me interesa conversar con medios locales importantes, porque es una labor de difusión fundamental. Todavía la gente no sabe hasta dónde pueden llegar sus facultades. Incluso algunos medios de comunicación aún hablan de que el fiscal decretó la detención. Esto no es así, porque el fiscal se lo pide al juez, y esto es porque falta difusión”.