
La primera etapa que ya está concluida, la inició en abril del año pasado la constructora Salfa, con un monto de $686.000.000, mientras la segunda, a cargo de la empresa Bravo e Izquierdo, partió en diciembre , con una inversión de $298.000.000 y hasta el momento presenta un 51% de avance.
La obra está inspirada y diseñada en los pueblos originarios, destacando en sus pavimentos las simbologías Selknam, con asientos que simulan canoas, mobiliario de lenga y en el centro una pileta iluminada que simula una fogata ritual.