
Los años de investigación fallida, los rumores de distintos tipos, la posible vinculación de miembros de la iglesia e incluso la conjetura de que el padre de Ricardo Harex estuviera relacionado con la desaparición, son algunos de los tragos más amargos que debió soportar la familia.
“Hubo un momento que me alejé de Dios, no daba razón a la desaparición de Ricardo, pero con el tiempo me reconcilié con él, ya que no tenía en qué más cobijarme”, indica Margot.
En tanto, Sergio Harex, padre del desaparecido estudiante, quien trabaja en el Servicio Médico Legal (SML), estremece en su relato al decir que “muchas veces tuve que ir a un procedimiento en el que había que levantar un cuerpo o restos de una persona no identificada y se me pasó por mi mente que podría ser mi hijo. Hubiese querido que fuese así para dar término a esta angustia”.
“Se ha dicho tanto de mi hijo, que era homosexual, que tenía un romance con una profesora e incluso que se había escapado, que lo único que quiero es que todo esto termine, tengo sueños en que mi hijo se sienta junto a mí en la cama y me dice sonriendo: ‘Mamá ahora voy a contar lo que me pasó’ y siempre es en ese instante en que despierto”, relata González.
Respecto de Mauricio Yáñez como presunto asesino de su hijo, Sergio Harex señala que “aún no puedo creer que él fuera el que lo hizo, creo que cuando encontremos los restos de Ricardo, recién ahí voy a poder asimilarlo”.
Finalmente, Margot González hace un llamado a quien pueda aportar antecedentes a la causa para que hagan llegar la información: “A estas alturas ya hay muy poco que perder, por favor les ruego, entréguenme los restos de mi hijo”.