
La estudiante de enseñanza media Vanessa Astorga calificó la alerta de tsunami de “patética, fome, porque al final no se hizo nada. Y la gente se asustó”.
Por su parte, Constanza Krumel, también estudiante de enseñanza media indicó que lo ocurrido el viernes “me pareció extraño, porque en Punta Arenas normalmente no ocurren cosas así. Supuestamente acá no hay placas, los canales están unidos por el Estrecho, pero lo de la alerta no me pareció exagerado, porque la población tiene que prevenir cosas que pueden pasar. Ésta se puede tomar como un simulacro nacional”.
Para la niñera peruana Julia Serrano, todo el plan de emergencia implementado en Magallanes la atemorizó. “Tuvimos miedo, de repente pensamos que no íbamos a poder pasar de Porvenir a Punta Arenas, pero pasamos, aunque poca gente”, dijo. “Como soy de Lima, estoy acostumbrada a los temblores, terremotos. Lo encontré un poco exagerado, pero (afortunadamente) no pasó nada”, añadió.
Más enfático fue José Muñoz, chofer de camión, quien expresó que toda la situación lo asustó un poco, “porque acá uno vive tranquilo; no creo que haya un tsunami aquí. Creo que la alerta fue un poco exagerada, sólo sirvió para alarmar más a la gente”.
Apoyo
El funcionario bancario Alejandro Gary manifestó su total acuerdo con el plan de acción efectuado por el Gobierno. “Me pareció perfecto, porque ¿si hubiera pasado algo? Tengo familia en Iquique y La Serena, y tuvieron que alejarse de la costa. Si hubiese ocurrido algo, ahora nos estaríamos lamentando de que no se hizo nada y reclamando contra el Gobierno”, señaló.
Finalmente, Mirtha Vargas, trabajadora de pesquera, también se mostró a favor de la alerta de tsunami. “Pienso que fue bueno para, así, estar alerta sobre las cosas que podían suceder… aunque lo encontré un poco exagerado”.