Apenas arribaron fueron llevados al hangar donde se realizó la ceremonia, tan esperada por padres e hijos. Durante la ceremonia, el comandante Claudio Guerrero agradeció a los progenitores el haberle confiado a la Fuerza Aérea de Chile la instrucción militar de sus hijos.
El juramento fue seguido de tres descargas de armamento y una vez finalizada la ceremonia, padres e hijos se fundieron en abrazos y llantos, poniendo fin a una larga espera de cuatro meses. Después de un almuerzo y posterior visita a las instalaciones de la base, a las 17,30 horas los familiares de los soldados abordaron nuevamente el avión de la FACH que los llevó de regreso a la capital.