La sobredosis de medicamentos que ingirió una niña de apenas 11 años, estudiante de sexto básico, permitió desenmascarar al primo que por mucho tiempo abusó y la violó analmente en la casa que compartía con él. Los cambios de conducta de la pequeña despertaron sospechas en la madre, partiendo por la baja en el rendimiento escolar, siendo que era buena alumna. Pero lo que selló la suerte del familiar fue el intento de suicido de la niña, porque a raíz de este episodio fue derivada a un sicólogo. En una de estas sesiones la víctima se sinceró y decidió contar “las cosas feas que me hacía mi primo”, consistentes en tocaciones en senos y genitales, pero después la situación empeoró para la niña. “Cuando jugaba en el computador en la noche, llegaba a la casa y me sacaba la ropa y me penetraba. Ocurría cuando mi mamá y su pareja salían”, declaró la víctima a la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI. Nunca denunció esto por temor a represalias.
Autodenuncia
Cuando el sujeto se enteró de que la niña estaba con sicólogo intuyó que contaría la verdad, así que el 1 de junio fue personalmente a Carabineros y entregó una declaración voluntaria, contando lo que le hacía a la prima. Lo extraño fue que no quedara detenido, siendo que se autodenunció.
Un mes después, el 1 de julio, la madre concurrió a Carabineros a estampar la denuncia. El sujeto reconoció a familiares el delito y se fue de la casa, hasta ahora que el fiscal Fernando Dobson consiguió una orden de detención que trabajó con la Brigada de Delitos Sexuales, quienes finalmente ayer pusieron al imputado a disposición del juez de turno.
El fiscal formalizó a esta persona, iniciales C.H.G., de 31 años, por abuso sexual y violación impropia, y solicitó la prisión preventiva, por considerar que su libertad constituye un peligro para la sociedad y que podría fugarse. Esto último no lo compartió el defensor, Leonardo Vallejos, recordando que su cliente acudió voluntariamente el 1 de junio a Carabineros.
“Penetración no hubo”, aclaró el imputado en la audiencia de control de detención. Y a la policía confesó que estaba pegado “con el copete” y que “con esto arruiné a mi familia, hermano y mi abuela que me crió”. Tan mal se sintió que en un momento tomó un cuchillo y frente al parque María Behety pensó en quitarse la vida.