
Sus amigos más cercanos, lo llaman “Conejo”, y aseguran que el Suzuki Cultus es el auto indicado de la categoría “A” ya que es mucho más rápido que el Tico.
Entre sus grandes logros en su carrera deportiva, Nibaldo, reconoce tener en su propiedad la Copa Challenger del Rally de Timaukel, como así también la Copa Challenger del gran premio Karukinká, que de paso asegura que la correrá para dejársela un año más.
Entre tantas Challenger, le brillan los ojos al pensar poder quedarse con la anhelada copa este año en el Gran Premio de la Hermanad. Uno de sus grandes amigos y compañero es su colega concejal, Facundo Hernández, quien asegura que este año no va a correr, pero que sí ayudará a Nibaldo en lo que sea necesario, y le tiene una tremenda fe que pueda ser el nuevo ganador de categoría menor en esta edición del Gran Premio.
Con el 103 en los laterales, Nibaldo Andrade será el primer chileno en clasificar y asume que este es un gran desafío y espera poder cumplir con expectativas su participación en la edición número 38 del Gran Premio de la Hermandad.