Lo que había comenzado como un acto masivo y cultural se transformó abruptamente en una protesta con actos vandálicos, daños a la propiedad pública y privada, incidentes, intervención de Fuerzas Especiales de Carabineros y detenidos, hechos que nuevamente desvirtúan los petitorios del movimiento estudiantil que ya completa casi dos meses. Tras finalizar la marcha, en la Plaza de Armas Benjamín Muñoz Gamero, cerca de las 21.30 horas desconocidos lanzaron al edificio de la intendencia “bombas de pintura”. Sin embargo, el hecho no pasó a mayores, luego de eso, los jóvenes se trasladaron hasta el bandejón central de avenida Colón con Magallanes y ahí nuevamente un grupo reducido de encapuchados arrojaron algunas piedras a funcionarios policiales, sin recibir represalia por parte de Carabineros.
Tras ello, se movilizaron por diversas calles del centro de la ciudad, dejando barricadas de fuego en las esquinas de José Menéndez con Magallanes, José Menéndez con Bories y José Menéndez con Chiloé. Lo mismo se repitió en la intersección de avenida Independencia y José Nogueira, donde cortaron por varios minutos el paso de vehículos de la locomoción colectiva.
Pero ante todas estas acciones no hubo intervención policial. No obstante, al divisar una patrulla de Carabineros, distante a unos 50 metros de los encapuchados, corrieran hacia ella y le arrojaron piedras y otros objetos contundentes.
Después de eso los manifestantes comenzaron a dispersarse, y un grupo de alrededor de 50 caminó hasta el frontis de la Intendencia de Magallanes. Allí montaron una barricada con vallas papales y basura, y tras prender fuego comenzaron los desmanes más duros de la noche.
Una veintena de antisociales comenzó a arrojar proyectiles en contra del edificio, manchando con pintura las paredes y provocando numerosos destrozos en los cristales de “La Moneda Chica”. Esto gatilló que un piquete de Carabineros apareciera por la esquina de calle José Nogueira y lanzando bombas de humo comenzara a dispersar a los manifestantes. Un grupo fue perseguido por calle Errázuriz hasta Chiloé y en esa intersección efectivos de la policía montada intervinieron, produciéndose las dos primeras detenciones.
Posterior a eso el grupo más numeroso de manifestantes fue repelido por Fuerzas Especiales de Carabineros con gases lacrimógenos. Se generaron numerosas detenciones y pasadas las 22.30 horas los desmanes fueron controlados.
Según el informe entregado por Carabineros, se registraron 22 detenidos por desórdenes en la vía pública.
En la barricada de José Menéndez un grupo de reporteros gráficos y periodistas fueron agredidos por los manifestantes con basura y piedras, además de numerosos insultos.
Pacífico inicio
No obstante, el inicio de la marcha, daba cuenta de otro resultado. Cerca de las 19.00 horas eran cientos de manifestantes los que se congregaban en diagonal Don Bosco, donde por medio de batucadas y distintas representaciones artísticas, hacían su avanzada hacia el centro de Punta Arenas por calle Bories. En el trayecto se podían observar lienzos de diversas organizaciones sociales, gremios y agrupaciones que marcharon junto al grueso de los estudiantes que también estaban acompañados de padres y apoderados.
Al llegar a la Plaza Benjamín Muñoz Gamero, y pese al frío, los manifestantes, al ritmo de los tambores, seguían con cánticos y consignas por una Educación Pública de calidad. Estuvieron por cerca de media hora bajo las miradas atentas de transeúntes que se sumaron a la protesta que hasta ese instante era totalmente pacífica.
Denis González, uno de los dirigentes estudiantiles del Liceo Sara Braun, agradeció en la ocasión la exitosa adhesión a la marcha frente a la cual se declaró muy conforme. “La verdad es que no esperábamos que iban a ser tantos los que querían seguirnos en esta causa, y la verdad ahora comprendemos que ésto es tan importante como lo fueron las manifestaciones por el gas”, dijo el estudiante, agregando que esperaban seguir sumando fuerzas al movimiento, que no se iban a amilanar, a su juicio, “hasta que el Gobierno comprenda que no nos vamos a rendir hasta tener una educación pública gratuita y de calidad”.
En sintonía con el alumno también se expresaron padres y apoderados, quienes pese a preocuparles la pérdida de clases que estaban sufriendo sus hijos, calificaron de legítimas las demandas y el cambio que se debía producir en la educación.